Juan Ramón Jiménez, eterno niño grande, sumo sacerdote de la Poesía, doctor Jeckyll y Mr. Hyde con sus pupilos, los poetas del 27... Yo siento un enorme cariño y respeto por él; lo que no me impide entender que a otros, con razón, les reviente su egomanía, su costumbre de descargar en la pobre Zenobia el peso de todo lo real, sus críticas ingeniosas pero a menudo motivadas por el resentimiento o la ojeriza.
El mejor JRJ, o uno de los mejores, es el que nos traen Julia García Pita y Ainoa Navarro Dubrion, de 1º de la ESO B: el amigo de todos aquellos que huyen de la conformidad o que ni queriendo podrian ajustarse a ella. Juan Ramón, faro y patrón de los raros, los frikis, los independientes, los disidentes... Después de todo, también el sol está solo en su orbe; y Natura no cría dos árboles iguales.
La lectura emocionada del poema que han preparado Julia y Ainoa es también un homenaje a otro gran defensor de la singularidad, que nos dejó el año pasado: un actor, compositor, instrumentista y cantante inolvidable. Pero no os digo de quién... Queda en vosotros descubrirlo.