martes, 16 de enero de 2018
viernes, 12 de enero de 2018
Tres tristes textos (three cool cats)
TRES TRISTES TEXTOS
Desenrollemos hoy una alegoría:
hay textos transparentes, textos traslúcidos, textos opacos. Hay períodos
literarios transparentes (el Renacimiento, la Ilustración); otros traslúcidos,
como el Barroco. Y otros que cortejan la opacidad (cierto romanticismo, el
simbolismo, el surrealismo...).
Cuando leemos un texto
transparente, sentimos que estamos en un lugar seguro, con muros, puertas y
ventanas. Un lugar donde las cosas se dicen a las claras. Incluso si alguna
cosa no se entiende de primeras, sus compañeras nos aseguran que no hay trampa
ni punto ciego. Todo está en su lugar, todo es lo que parece. Si debemos
esforzarnos por entender algo (tal vez nos pierda un hipérbato, una referencia
mitológica, un concepto que no es obvio), lo hacemos con la certeza de que
seremos recompensados, como en esos ejercicios escolares de matemáticas en que
al final todas las divisiones tienen resto cero y todos los números decimales
forman, sumados, un número entero.
Otros textos, en cambio, son
traslúcidos. Tienen partes no ya claras, sino brillantes. Y si brillan,
elevadas a resplandor, es precisamente por el contraste con otras partes que
son más suyas, renuentes, peculiares. Es como uno de esos retratos (los Beatles
tienen uno inolvidable) en que una mitad del rostro aparece iluminada, mientras
la otra se confunde en la penumbra con la inminente (o menguante) oscuridad.
Uno, pues, no entiende todo. Pero lo que entiende es suficiente para entender
que lo no entiende está diciendo, si no lo mismo, algo relacionado, próximo. Lo
uno por lo otro, pensamos. Es como uno de esos palacios que podemos visitar, aunque
pródigos en cintas rojas que nos ocultan dónde acaba un pasillo, qué hay detrás
de una puerta, adónde lleva una escalera.
Llegan, en fin, los textos
opacos, como llegan la noche o la muerte. Son textos escritos en nuestra lengua,
pero que parecen escritos por alguien que no es de los nuestros: un
extraterrestre, un fantasma, un hueco. El texto opaco dice: nada digo. Y si algo dijera, no es de tu incumbencia. Y si lo fuera, no sabrías
descifrarlo. Y aunque pudieras, no sabrías explicárselo a nadie. El texto
opaco nos repele, y por eso nos atrae. Quizá no diga nada, pero ¡con qué
elegancia lo sugiere! Contra el texto opaco nos estrellamos, como el mar contra
las rocas. Al final, si el asedio persevera, algo de él entra en nosotros, algo
de nosotros en él. Después de todo, tampoco nosotros somos criaturas luminosas,
o no solo. Partes de nosotros aseguran: yo
lo entiendo. No sabría explicarlo, pero siento aquí algo vivo, que me llega, me
afecta. El espejo opaco refleja nuestra propia opacidad. Al final, no
sabemos si encontramos en lo que leemos un sentido o si ese sentido lo estamos
aportando nosotros. Y no estamos seguro de si importa.
Sin embargo, ningún texto es
enteramente transparente, ni enteramente opaco. En mitad del texto
transparente, sentimos que el autor dice algo que entendemos, sí. Pero qué
raramente lo dice. Hay algo en su forma de expresarse que no es la nuestra, que
no es nuestro. ¿De veras entendemos, cuando hablamos con alguien, todo lo que
dice? Qué aburrido sería saber siempre lo que el otro está diciendo, y hasta lo
que va a decir, y cómo piensa decirlo. Si el otro es otro, hay siempre en él
una cierta alteridad, una cierta 'otreidad', que se nos escapa. En su Poética de Juan Panadero, escribe Rafael
Alberti:
Mi canto, si se propone,
puede hacer del agua clara
un mar de complicaciones.
puede hacer del agua clara
un mar de complicaciones.
Pensemos en dos versos de Agustín
García Calvo:
Distancia, de ti a mí,
distancia.
Entre tú y yo, nada.
Todo es claro en estos versos. O
no. El verso segundo parece que reafirma el primero (entre tú y no no hay nada: ningún enlace que cruce la inmensa distancia
que nos separa). Pero ¿y si estuviera negándolo? Si entre tú y yo no hay nada, ¿qué nos separa? Nada. Nada, pues,
más próximo que estos dos distantes. Y al recordárselo, ¿no está diciéndole el
amante al otro que deben estar juntos, que nunca han dejado de estarlo?
Mas tampoco hay poema enteramente
opaco, o ni siquiera lo percibiríamos. Quizá haya poemas enteramente opacos a
nuestro alrededor, escritos en tinta invisible o que no han llegado a salir de
su autor por las vías que naturalmente sirven para tal cosa, como los labios o
los dedos. Quizá el naipe que nos encontramos en la calle y que recogemos o no
del suelo, aparentemente arrojado o caído al azar, está cuidadosamente puesto
en ese punto de la acera para formar con otros más o menos cercanos un puzzle, una secuencia numérica o
alfabética que constituye un texto.
En fin: hay poemas que no vemos,
por ceguera o por virtuosismo en el camuflaje. Mas los que vemos tienen forma,
están plagados de palabras. Y algunas nos suenan. ¿De verdad es imposible
hablar sin decir nada? Los psicoanalistas opinaban, muy al contrario, otra
cosa. Pensaban, por experiencia, que si alguien se lanza a hablar sin controlar
lo que dice acaba diciendo la verdad. Quizás habría que rebajar un poco una
afirmación tan campanuda. Pero parece justo sospechar que quien habla mucho
acaba diciendo, de verdad, algo. Y ese algo ¿qué podrá ser sino algo que le importa,
que le atañe? Y lo que a un prójimo atañe, ¿puede de veras sernos ajeno? ¿Qué
sentirá alguien que nosotros, de un modo u otro, no hayamos sentido también?
Como toda obra humana, los textos opacos están diciendo que un ser humano los
compuso. Incluso si sacó al azar las palabras de un saco, ¿quién las eligió y
metió allí? ¿Quién eligió sacarlas, disponerlas, compartirlas? Sabe el amante
que si el otro, enfurruñado con uno, obstinado en su silencio, accede al fin a
decirnos algo, a hacernos un gesto, a mandarnos un emoji, algo se ha roto en su opacidad. En todo lo que compartimos
con otros trasciende una voluntad de comunicación. Pues también manifestarnos
renuentes, esquivos, misteriosos, es manifestarnos al cabo: desear hacerlo,
afrontar el encuentro, deshacer el misterio de verdad (que es el vacío). Y lo demás es silencio.
martes, 9 de enero de 2018
VI Concurso de Sueños: Parler des Rêves
PARLER DES RÊVES
Dans mon rêve, j’étais témoin d´un vol: un criminel a volé un éléphant
et il a échappé des policiers en vélo avec l´éléphant attaché derrière.
Puis, tout à coup le clown du cirque a cherché le criminel.
Je voyais comme ils se frappaient alors le criminel a lancé le clown
à la piscine ensuite, est apparu un extraterrestre qui l´a sauvé.
À la fin de mon rêve le criminel a monté l´éléphant dans un avion
et le clown et l´extraterrestre sont devenus amis.
C´est là que je me suis réveillé!
Marta et Noelia.
1ºBACH C.
VI Concurso de Sueños: Il était une fois... un rêve
Il était une fois…un rêve.
Dans mon rêve, j’étais dans la salle à manger en train de dîner, avec ma copine.
Nous avons commencé à nous disputer.
Puis, tout à coup elle a renversé la soupe sur la nappe et elle est sortie de la maison.
Je me suis rendu compte que la nappe était sale. Alors, j’ai mis la nappe dans la machine
à laver et je l’ai étendue sur le balcon.
Puis mon voisin, un artiste, il a vu la nappe et elle l’a inspiré pour faire un tableau.
Ensuite. il a pensé à voler la nappe et comme il était très loin il a utilisé un aspirateur
pour la prendre.
À la fin de mon rêve je suis retourné sur le balcon pour prendre la nappe sèche,
mais l’unique chose que j’ai vue c’était un fantòme.
C’est là que je me suis réveillé!
Elena Collado Rodríguez et Sara Fernández Polo
Vi Concurso de Sueños: Mon rêve
Mon rêve
Dans mon rêve , j´étais au commissariat quand un policier
m’a téléphoné. Il m´a dit qu’un éléphant était lâché en ville.
Puis, tout à coup, j´étais à la montagne.
Pendant que je marchais j´ai vu l´éléphant dans une piscine.
Je voyais à la piscine en vélo.
Quand j´ai capturé l´éléphant, soudain l´eau de la piscine
s´est transformée en soupe.
Ensuite, un dauphin rose est sorti de la soupe
avec un téléphone noir.
L´éléphant parlait au téléphone avec un dentiste
parce que la soupe lui avait fait une carie.
À la fin de mon rêve , j´étais en Afrique avec l´éléphant
et le dauphin . L´éléphant est parti avec sa famille
et je volais dans les nuages sur le dauphin.
C´est là que je me suis réveillé!
Gabriel et Pedro
1ºBach
Vi Concurso de Sueños: Le Rêve de Mathias
LE RÊVE DE MATHIAS
Dans son rêve, Mathias, un adolescent de 17 ans habitait à Nice avec
sa mère et son chien.
Il faisait des œuvres artistiques. Il voulait être artiste comme
son père.
Puis, tout à coup, il a décidé de vendre ses œuvres dans la rue.
En avril il s’est présenté à un concours et il l’a gagné.
Il voyait tous les jours des offres de voyages alors,
une semaine après il a acheté un billet d’avion et il est parti à NY.
Avant de partir sa mère lui a donné une montre qui était à son père,
un pinceau et une plaque professionnelle.
Ensuite quand il est arrivé, il a monté les escaliers
de son appartement, puis là-bas sa nouvelle vie a commencé.
Il a gagné beaucoup d’argent.
À la fin de son rêve, il était très riche.
C’est là qu’il s’est réveillé !
Minerva, Inés et Alba
1ºBach
VI Concurso de Sueños: Mon Rêve
Dans mon rêve, j’étais à la maison et je faisais les devoirs.
Puis, tout à coup mon téléphone a sonné.
Alors, un homme m’a menacé et m’a dit que si je sortais dans la rue,
il me tuerais.
il me tuerais.
Ensuite j’ai décidé de demander de l’aide à mon oncle qui est policier
et qui a un chien qui l’aide à résoudre les crimes.
et qui a un chien qui l’aide à résoudre les crimes.
Puis, une nuit ma soeur était en train de dormir et elle s’est levée
parce qu’elle a entendu un bruit: il y avait quelqu’un qui était entré
par la fenêtre.
parce qu’elle a entendu un bruit: il y avait quelqu’un qui était entré
par la fenêtre.
C’était une homme brun, avec le cheveux frisés
et qui portait un masque.
et qui portait un masque.
A la fin de mon rêve, j’étais très effrayée
et j’ai couru jusqu'à la porte et je suis tombée par terre.
et j’ai couru jusqu'à la porte et je suis tombée par terre.
J’avais très mal et j’ai demandé de l’aide à mon frère.
C’est là que je me suis réveillée !
Susana et Marife
1ºBach
Vi Concurso de sueños: Dans mon Rêve
Dans mon rêve, j’étais chez moi…
…et je faisais la lessive.
Puis, tout à coup, la machine à laver a absorbé mon chien.
Je voyais la lune et j’ai vu les extraterrestres.
Alors, je suis devenu amis avec eux.
Et ils m’ont emmené visiter la lune.
Ensuite, les extraterrestres m’ont laissé dans l'ascenseur
qui m’a ramené sur terre.
qui m’a ramené sur terre.
C’est là que je me suis réveillé!
Belén et Sofía
1ºBach.
Vi Concurso de Sueños: Notre Rêve
NOTRE RÊVE
Dans mon rêve, j´étais dans la rue avec mon chien.

J´étais en train de promener le chien. 
Puis, tout à coup un clown est apparu dans la rue.
Alors, le chien a mordu le clown à la jambe.
Puis, il s´est transformé en un horrible
extraterrestre.
extraterrestre.
Et il a fui avec un vélo propulsé par un aspirateur.
L’extraterrestre s´est écrasé sur la fenêtre
À la fin, sa mère les a découverts et les a tués
avec le balai.
avec le balai.
C’est là que je me suis réveillé!
Elena R. et Alberto L.
1ºBach.
domingo, 7 de enero de 2018
VI Concurso de Sueños: Sueño (trabajo de investigación)
Este trabajo no es una recreación artística de un sueño, sino un trabajo sobre el fenómeno del sueño. Por tanto, como indican las bases, se juzgará en convocatoria aparte. (¡Pero no dejéis por eso de leerlo!)
Vamos a ello: originales del Concurso de Sueños
Huyen las vacaciones; pero en su último brío nos traen los trabajos presentados al VI Concurso de Sueños. Ya sabéis: como en cursos anteriores, los lectores del blog (recurrentes o accidentales, que aquí no pedimos carné) sois el jurado del concurso. Al final de cada de unas entradas, tenéis una barra en la que podéis valorar los trabajos con los puntos que estiméis oportuno. No es preciso valorarlos todos, pero si es importante saber que cada persona solo puede valorar cada trabajo una vez.
A finales de este mes, cerraremos la votación y haremos una entrega de premios, que este año se promete musical. ¡Allí nos vemos!
A finales de este mes, cerraremos la votación y haremos una entrega de premios, que este año se promete musical. ¡Allí nos vemos!
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