Las leyendas, y en especial las urbanas o contemporáneas, han sido uno de los campos en que más hemos trabajado en nuestro instituto desde comienzos de siglo. Este curso, hemos aprovechado en parte este trabajo para incorporar parte de sus materiales al proyecto de Erasmus + On Roads to a Europe of Cultures, coordinado por nuestro compañero Enrique Caballero, en el que trabajan juntos alumnos de varios centros educativos europeos.
Hemos elegido para ello cuatro leyendas inolvidables. En lo que sigue, podéis leer en español el texto de las cuatro, y disfrutar de su versión inglesa, en una presentación preparada por nuestros alumnos.
Leyendas
españolas
1. La Serrana de
la Vera.
La protagonista de esta historia es una mujer del pueblo que,
traicionada por el hombre al que amaba, decide retirarse a las
montañas para vivir allí en una cueva, cocinando lo que ella misma
caza e integrando en su menú de caza a los hombres atractivos que
encuentra en la sierra. A estos hombres cazados,
los lleva a su cueva y les obliga a mantener relaciones sexuales con
ella durante la noche; después, a la mañana siguiente, los mata,
vengando así el agravio que sufrió al verse abandonada por su
amante. Este círculo fatal se rompe cuando la Serrana captura a un
soldadito que logra escapar y avisa a las autoridades, que apresan a
la Serrana y la ajustician.
El atractivo de esta leyenda reside
en el hecho de que nos presenta una mujer poderosa (empoderada,
dirían hoy algunos) que reacciona contra los abusos de los hombres y
vuelve contra ellos, exagerándola, su mala conducta: no solo usa a
los hombres como pañuelos de usar y tirar, sino que una vez que ha
obtenido de ellos lo que desea, los mata.
2.
El palacio de Toledo.
El último rey godo, don Rodrigo, desafía la costumbre de los que le
antecedieron en el trono, que habían ido cargando de cerrojos y
cadenas cierto palacio de la ciudad, con la intención de que nadie
penetrara nunca en el edificio. Rodrigo quiere saber qué se oculta
en su interior, y por eso fuerza y rompe todas las medidas de
protección. Finalmente, en vez de un tesoro oculto, encuentra un
tapiz en el que aparecen representados varios guerreros musulmanes.
Un texto que acompaña a la imagen avisa que cuando el tapiz se
despliegue, los caballeros representados en el tapiz invadirán el
reino. Y así sucede: poco después, los árabes invaden la
Península, derrotan a Rodrigo y fundan Al-Andalus.
3.
La Cueva de Salamanca.
Salamanca es la ciudad universitaria por excelencia de España: en
ella parece posible aprender todo lo que el intelecto humano desea
conocer sobre los secretos del Universo. Por desgracia, algunos, como
el marqués de Villena, van demasiado lejos en su deseo de
conocimiento y contratan como profesor particular al mismísimo
Diablo, que da clases en una cueva, la famosa Cueva de Salamanca, a
siete alumnos durante siete años. Cuando esta particular promoción
finaliza sus estudios, el Diablo se cobra sus servicios apoderándose
del cuerpo y el alma de uno de ellos. El Marqués resulta ser el
agraciado de esta peculiar lotería, pero utilizando su habilidad
consigue escapar del Diablo. Este, sin embargo, se queda con una
parte del Marqués: su sombra. Por eso, el Marqués se ve obligado
desde entonces a permanecer encerrado en su torre, pues el pueblo
sospecha que es un mago entregado a las Artes Oscuras, un nigromante;
y si se supiera que no tiene sombra, tendrían una prueba irrefutable
para entregarlo a la Santa Inquisición o ajusticiarlo de forma
violenta en la propia calle.
4.
La Niña de la Comunión
La leyenda de la Niña de la
Comunión de Peraleda de la Mata es una variante local de las
leyendas sobre damas fantasmales que se aparecen en la carretera a
los conductores o viajeros que recorren de noche los caminos. Aunque
las versiones discrepan en los detalles, coinciden en que la Niña
murió de forma trágica (por ejemplo, devorada por los lobos o
violada y asesinada por un criminal) cuando se dirigía, vestida para
la ocasión, a la Iglesia para celebrar su Primera Comunión. Desde
entonces, su alma no reposa en paz y se aparece a los viandantes para
pedirles que la lleven en coche a la Iglesia -a la que, sin embargo,
nunca llega.