martes, 26 de febrero de 2019

Leyendas españolas (Erasmus)



Las leyendas, y en especial las urbanas o contemporáneas, han sido uno de los campos en que más hemos trabajado en nuestro instituto desde comienzos de siglo. Este curso, hemos aprovechado en parte este trabajo para incorporar parte de sus materiales al proyecto de Erasmus + On Roads to a Europe of Cultures, coordinado por nuestro compañero Enrique Caballero, en el que trabajan juntos alumnos de varios centros educativos europeos.

Hemos elegido para ello cuatro leyendas inolvidables. En lo que sigue, podéis leer en español el texto de las cuatro, y  disfrutar de su versión inglesa, en una presentación preparada por nuestros alumnos.

Leyendas españolas

1. La Serrana de la Vera.

La protagonista de esta historia es una mujer del pueblo que, traicionada por el hombre al que amaba, decide retirarse a las montañas para vivir allí en una cueva, cocinando lo que ella misma caza e integrando en su menú de caza a los hombres atractivos que encuentra en la sierra. A estos hombres cazados, los lleva a su cueva y les obliga a mantener relaciones sexuales con ella durante la noche; después, a la mañana siguiente, los mata, vengando así el agravio que sufrió al verse abandonada por su amante. Este círculo fatal se rompe cuando la Serrana captura a un soldadito que logra escapar y avisa a las autoridades, que apresan a la Serrana y la ajustician.

El atractivo de esta leyenda reside en el hecho de que nos presenta una mujer poderosa (empoderada, dirían hoy algunos) que reacciona contra los abusos de los hombres y vuelve contra ellos, exagerándola, su mala conducta: no solo usa a los hombres como pañuelos de usar y tirar, sino que una vez que ha obtenido de ellos lo que desea, los mata.

2. El palacio de Toledo.

El último rey godo, don Rodrigo, desafía la costumbre de los que le antecedieron en el trono, que habían ido cargando de cerrojos y cadenas cierto palacio de la ciudad, con la intención de que nadie penetrara nunca en el edificio. Rodrigo quiere saber qué se oculta en su interior, y por eso fuerza y rompe todas las medidas de protección. Finalmente, en vez de un tesoro oculto, encuentra un tapiz en el que aparecen representados varios guerreros musulmanes. Un texto que acompaña a la imagen avisa que cuando el tapiz se despliegue, los caballeros representados en el tapiz invadirán el reino. Y así sucede: poco después, los árabes invaden la Península, derrotan a Rodrigo y fundan Al-Andalus.

3. La Cueva de Salamanca.

Salamanca es la ciudad universitaria por excelencia de España: en ella parece posible aprender todo lo que el intelecto humano desea conocer sobre los secretos del Universo. Por desgracia, algunos, como el marqués de Villena, van demasiado lejos en su deseo de conocimiento y contratan como profesor particular al mismísimo Diablo, que da clases en una cueva, la famosa Cueva de Salamanca, a siete alumnos durante siete años. Cuando esta particular promoción finaliza sus estudios, el Diablo se cobra sus servicios apoderándose del cuerpo y el alma de uno de ellos. El Marqués resulta ser el agraciado de esta peculiar lotería, pero utilizando su habilidad consigue escapar del Diablo. Este, sin embargo, se queda con una parte del Marqués: su sombra. Por eso, el Marqués se ve obligado desde entonces a permanecer encerrado en su torre, pues el pueblo sospecha que es un mago entregado a las Artes Oscuras, un nigromante; y si se supiera que no tiene sombra, tendrían una prueba irrefutable para entregarlo a la Santa Inquisición o ajusticiarlo de forma violenta en la propia calle.

4. La Niña de la Comunión

La leyenda de la Niña de la Comunión de Peraleda de la Mata es una variante local de las leyendas sobre damas fantasmales que se aparecen en la carretera a los conductores o viajeros que recorren de noche los caminos. Aunque las versiones discrepan en los detalles, coinciden en que la Niña murió de forma trágica (por ejemplo, devorada por los lobos o violada y asesinada por un criminal) cuando se dirigía, vestida para la ocasión, a la Iglesia para celebrar su Primera Comunión. Desde entonces, su alma no reposa en paz y se aparece a los viandantes para pedirles que la lleven en coche a la Iglesia -a la que, sin embargo, nunca llega.







domingo, 24 de febrero de 2019

Elipsis (Andrea González)



¿Podrá el futuro divisar la elipsis que fue contemplada, no más tardío, no más anticipándose, en el presente?

¿Servirán las hazañas, pospuestas, de las que juré no hacer mención, ahora que no es un mismo día, no es un mismo yo?

Postrada ante un dilema hallo mi mente, descanso sin refugio entre pensamientos quebradizos, efimeros, que vuelan sin que yo pueda antes retenerlos.

Un sopor enorme me agota, la física se escapa a mi entendimiento, pero, ¿no lo hace, también, el tiempo? Dudo, me paralizo, mas el reloj sigue.

Aquella mirada que aterrorizada veía las agujas pasar, ¿será la misma que ahora se viste con calma? La percepción es inaudita, mas bien personal. Si a mí me castiga con su lentitud, y a otros les arrebata el mañana.

Aún se escurren los minutos y se deslizan entre mis dedos, resbaladizos, mas no reales, y aún así, tampoco imaginarios. Puedo adivinar que algo está pasando, a mi pesar, pero no sé cuándo. EI sonido me taladra en esta habitación vacía, y hace un momento yo hallaba mi cuerpo en una eternidad sin pulso.

El ritmo se me hacía más monótono, y a mi alrededor nada parecía cambiar, nada excepto yo.

¿Será que vivo en un recuerdo que ya no es, una esperanza que no será, pues, al final, lo único que me resisto a creer es el presente?

Y el reloj calló.

sábado, 16 de febrero de 2019

Daniela vuela


Hoy hablamos en el Club de Lectura de volar, a propósito de estos dos microrrelatos de Daniela Luengo, una de nuestras alumnas, que ganó con ellos el Primer Concurso de Agudezas y Brevedades del curso pasado.

A. Y le tiraron por el precipicio, pero olvidaron que tenía alas.
B. A cada uno le faltaba un ala, pero juntos podían volar.
(Daniela Luengo)

Ambos textos plantean la cuestión de qué es, metafóricamente hablando, volar. ¡Y es tantas cosas! (No la hemos recordado en el momento, pero sí me ha venido a la cabeza justo después, esta canción del Kanka, que lo explica muy bien: Volar, / lo que se dice volar, / no vuelo...)


(No queda muy lejano tampoco el cántico de aquellos otros cofrades, más bravucones ellos: Soy una avioneta, mira cómo vuelo...)

El vuelo expresa, ante todo, libertad e independencia (respecto a la gravedad, limitación por excelencia). El pájaro que echa su primer vuelo descubre su propia estatura. Como dice William Blake, ningún pájaro vuela demasiado alto si lo hace con sus propias alas.

En el primer relato, las alas del protagonista expresan algo, una capacidad para dejarlos atrás (y abajo), que los que le juzgan y condenan no han sabido, afortunadamente, ver: tal como Minos no supo prever que Dédalo y su hijo escaparían volando del Laberinto. En vez de caer (una metáfora que vendría a confirmar el juicio de los que se creen por encima del protagonista), este se eleva sobre ellos.  Es una parábola muy poderosa.

El segundo relato podría parecer una variante del tema de la media naranja: a cada uno le falta un ala, que es la que tiene el otro, y ambos quedan completos al reunirlas. Pero, como era de esperar en una generación refractaria en gran medida al amor romántico y crítica con sus imágenes, una segunda lectura arroja dudas. Puede que no se trate de dos criaturas que vienen carentes de fábrica de lo que necesitan, sino de dos personas heridas que han perdido una parte importante de sí; y que al encontrar en quién apoyarse no la recuperan, en sentido estricto, pero sí son capaces de salir adelante y hacer lo que desean. No han de ser, necesariamente, amantes; aunque sí se trata de personas que valoran la magia del encuentro con el otro, sin formar por eso con ella una pareja definitiva e indisoluble.

Volar, en fin, es una experiencia habitual en los sueños. Freud, para no defraudarnos (o defreudarnos),  interpretaba los sueños de vuelo como experiencias sexuales, orgásmicas: el cuerpo volador del soñador vendría a ser una metáfora del pene (o el clítoris) que se alza guerrero, pleno de sangre y deseo.  Cercanos a los sueños, los mitos nos presentan figuras aladas que tienen la capacidad de moverse entre mundos diversos: es Hermes, con su casco alado y alas en los pies, circulando entre el mundo de los vivos y el de los muertos, pero también entre dioses y hombres; es el dragón, la serpiente alada, telúrica (o sea, terrenal) y celeste al mismo tiempo.

Te prometo, hermano que mis suelas no tocan el suelo, canta el Kanka. Con esta imagen negativa de libertad y una tercera canción, más viejuna pero acaso vigente, cerramos esta invitación al vuelo lector:

Not to touch the earth,
not to see the sun,
nothing left to do
but run, run, run.



miércoles, 6 de febrero de 2019

Segundo concurso de agudezas y brevedades

SI BREVE...

Segundo concurso de agudezas y brevedades


Lo bueno, si breve, dos veces bueno, dice Baltasar Gracián. Menos es más. Quien no entiende una corta mirada, tampoco entenderá una larga explicación. Sé, pues, breve; pero de manera imaginativa, de modo que tus pocas palabras valgan las demasiadas de otros. Te proponemos cuatro modalidades distintas para ejercer tu ingenio.

A. Concurso de microrrelatos

En esta modalidad, se podrán presentar cuantos relatos se deseen, siempre y cuando la extensión máxima sea de tres frases. Os animamos a hacer cuentos sugerentes: el cuento fantástico y el de terror son dos opciones a tener en cuenta, aunque podéis tirar por otro camino si la inspiración así os lo sugiere. He aquí un ejemplo: La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy el lugar de las apariciones (Juan José Arreola).

B. Concurso de haikus

En esta modalidad, se podrán presentar poemas breves, de tres versos. No es imprescindible que sigan la estructura de los haikus japoneses (un verso de 5 sílabas, uno de 7 y otro de 5), como en este precioso poema de Bashō:

Un viejo estanque.
Se zambulle una rana:
ruido de agua.

No obstante, se valorará el conocimiento de las triquiñuelas formales y del contenido propio de este tipo de poemas (que os animamos a investigar).

C. Concurso de aforismos

El pueblo genera refranes; los autores cultos, aforismos, que son como los refranes pero de autor. Seguro que has escrito frases de este tipo en tus carpetas. Es el momento de repasarlas y crear una nueva con la que llevarte de calle el concurso. Un ejemplo de Nietzsche: Cuanto más nos elevamos, más pequeños parecemos a quienes no saben volar

D. Concurso de diálogos

Eres tal y como te había imaginado. —Gracias. —Gracias, dice. Como veis, en un diálogo breve cabe toda una historia. Inventa dos personajes y piensa qué se dirían el uno al otro. Puedes hacer hablar dos veces a cada uno; pero no más.

Los trabajos se podrán presentar hasta el día 11 de marzo (inclusive) y la entrega de premios se llevará a cabo el día 3 de abril durante los actos del Día del Centro. Los trabajos se entregarán al coordinador de la biblioteca, Alejandro González, o a cualquiera de los profesores del Departamento de Lengua. Podrán ir firmados o no. En este último caso, la identidad del autor será un secreto hasta la entrega de premios. Un jurado formado por miembros del grupo de trabajo de la Biblioteca elegirá los trabajos ganadores, que serán dos por modalidad, pudiendo los premios quedar desiertos.