lunes, 12 de diciembre de 2011

Leer en Navidades

"EEEHHH, qué dices" "Que las Navidades son para disfrutar...

Pues eso, hay buenos libros, que nos enganchan, por ejemplo, MALAS TIERRAS de Jordi Sierra i Fabra.

ESTAR AL LORO

Empezamos con una expresión muy común entre la jerga juvenil; pero también es el título de un libro muy curioso e interesante sobre "Frases y expresiones del lenguaje cotidiano". El autor, José Luis García Remiro, explica el origen de esas expresiones y curiosidades de nuestra habla, todo en castellano (o español, según se mire).

Por ejemplo, el AMOR PLATÓNICO, o PASTA GANSA, EN PELOTA...

domingo, 4 de diciembre de 2011

Canciones que son libros: tres rostros de Penélope


CANCIONES INSPIRADAS EN EL MUNDO CLÁSICO

Cara A: Penélope

Los personajes clásicos siguen teniendo en la actualidad vigencia, además de por la huella que han dejado en la historia, porque siguen siendo inspiración en otras ramas del arte. Así, letras de canciones de hoy en día se basan en estos personajes; y un buen ejemplo lo tenemos con Penélope, esposa de Ulises, que se encuentra visible en tres canciones en castellano relativamente recientes: Penélope, de Joan Manuel Serrat; Ana y el mar (Naturaleza muerta), de Mecano; y El Muelle de San Blas, de Maná.

Penélope es uno de los principales personajes de la Odisea, y también aparece en la Iliada, consideradas como las obras más importantes de la literatura clásica griega. Era prima de Helena y sus padres, Icario y Tindáreo, eran hermanos, príncipes de Esparta. Ulises, rey de Ítaca, acude a Esparta atraído por la belleza de Helena, para pedirla como esposa; pero las cualidades de la joven han convocado a tantos pretendientes, que se podría originar una guerra. Es entonces cuando Ulises urde un plan para evitar la contienda: el elegido por Helena deberá ser respetado por los demás, quienes le prometerán ayuda para conservarla a su lado. Helena elige a Menelao como marido y, cuando Ulises se dispone a dejar la corte, conoce a Penélope, que ha venido a aconsejar a su prima en su decisión, y se enamoran a primera vista. Parten para Ítaca, pero pronto tendrán que separarse. El príncipe troyano Paris rapta a Helena y su marido convoca a todos los príncipes griegos para que acudan en su ayuda. Ulises se ve obligado a cumplir su promesa y alejarse de su esposa y su hijo Telémaco.

En este momento, el mito de Penélope empieza a tomar fuerza, y el personaje se convierte en símbolo de la fidelidad por excelencia. Ulises participa en la guerra de Troya que dura diez años, y acaba tras el episodio del caballo de Troya, urdido por él mismo. Es el único de los héroes griegos que sobrevive, pero una ofensa hecha a Poseidón, dios de los océanos, hace que este le condene a un eterno viaje de regreso, que durará otros diez años. Mientras su marido vive toda clase de avatares en sus viajes, Penélope permanece fiel. Acosada por pretendientes, idea un plan: elegirá marido cuando termine de tejer un sudario que está haciendo para su suegro. Para tardar el mayor tiempo posible, lo que teje por el día, lo deshace por la noche. Al ser descubierta, tuvo que poner fecha para celebrar unos juegos donde los contendientes se disputarían su mano. Ulises regresa y demuestra ser el único capaz de tensar su propio arco, mata al resto de los pretendientes y se queda con ella.

Cara B: Las canciones


De las tres canciones que he mencionado la que más se asemeja al relato de Homero es Penélope, de Joan Manuel Serrat; además de por el paralelismo en el título, por las múltiples coincidencias entre las dos historias. Tratan sobre el amor eterno, que perdura aún en la ausencia; la separación se produce por un viaje del amado, cuando todavía son jóvenes, y con la promesa de volver: Adiós, amor mío, no me llores, volveré. Cuando regresa no es reconocido, la imagen que guarda Penélope es la de la juventud: Tú no eres quien yo espero. En la versión de Homero, Ulises tiene que demostrar que es él; mientras en la canción, la protagonista se queda sola al no aceptar el paso del tiempo en su amado. Las dos “Penélopes” son incomprendidas por los que la rodean, no entiende que aguarden tras tanto tiempo, pues no confían en el regreso: Dicen en el pueblo que un caminante paró su reloj, Pobre infeliz, se paró tu reloj infantil. Pero ella mantiene, a pesar de los contratiempos, su ilusión y no se deja influir por la desconfianza de los demás. Tampoco le convence ninguno de los que encuentra: Uno tras otro los ve pasar, mira sus caras, les oye hablar, para ella son muñecos, igual que a la heroína griega le sucede con los que intentan ganar su favor.


En la canción Naturaleza muerta (Ana y el mar), de Mecano, también aparece el mito de la mujer fiel que espera al hombre. En esta, es el mar quien lo retiene, igual que Poseidón, dios del mar, retiene a Ulises, en el primer caso por celos y en el segundo por venganza. También aquí los demás no creen en el regreso: No esperes más, niña de piedra, Miguel no va a volver. La Penélope mitológica se vuelve dura, tanto que Telémaco le reprocha: Tu corazón es siempre más duro que la piedra; en la canción, Ana se convierte en piedra: Dicen en la aldea que esa roca blanca es Ana.


Por último la historia se repite en la canción El Muelle de San Blas, de Maná. Él parte en un barco jurando que volverá: Ella despidió a su amor, él partió en un barco, Él juró que volvería. Con el paso del tiempo (Muchas tardes se anidaron en sus pelos y en sus labios, Su cabello se blanqueó), los demás no entienden su actitud: Y en el pueblo le decían loca, la loca del muelle de San Blas, pero ella sigue eternamente esperando: Se quedó ahí, se quedó hasta el fin.

El final de las tres canciones coincide: en ninguna de ellas se produce el reencuentro, mientras Penélope y Ulises sí tienen un final feliz; pero la espera, la soledad agravada por la incomprensión, manteniéndose fiel a su ilusión, sin perder la esperanza, es la misma en las cuatro historias.

Irene Camacho García, 4ºB

lunes, 21 de noviembre de 2011

El Cuaderno perdido de Leonardo Da Vinci

Han colocado en la estantería de entrada un libro 3D y sin necesidad de gafas especiales como en el cine, se puede leer y comprobar asombrado cómo salen hacia fuera los distintos inventos que Leonardo dibujó, adelantándose siglos con su imaginación.

Vale la pena hojearlo... con cuidado, como los libros antiguos cuando los encuentran los aventureros de las películas...

Patrick Rothfuss

Es el autor del "EL NOMBRE DEL VIENTO" y de su conntinuación El TEMOR DEL HOMBRE SABIO"
que en dos semanas ha escalado a la lista de superventas... y es que los fans de novelas fantásticas lo esperaban con ganas. Puedes leer la primera parte en tu biblioteca ¿dónde si no ?

viernes, 18 de noviembre de 2011

Nasrudin



Los sufís constituyeron una corriente mística -que nosotros conocemos más como la filosofía de los derviches-, que utilizaba la parábola y el cuento para transmitir sabiduría, como casi todos los pueblos místicos de la historia.

Los cuentos sufís no son sólo relatos ni meras historias contadas con cierta gracia o con moraleja iniciática. En realidad, los cuentos sufís son una vía para el conocimiento, donde la metáfora se conjuga con la evolución espiritual y donde el conocimiento místico de lo arcano se revela a través de lo simple.



El protagonista de las historias sufís es siempre el mismo, se llama Nasrudin y es un personaje muy particular. A veces es un viejo decrépito, a veces es un joven; otras, un sabio y otras un torpe o un tonto. También aparece como un hombre adinerado, o como un mendigo.

Específicamente en esta historia, Nasrudin es un hombre que, por alguna razón que él desconoce, ha cosechado fama de ser lo que entre los sufís se denomina "un iluminado", esto es, alguien que ha logrado un cierto conocimiento sobre cuestiones importantes y trascendentes para otros. Él, sin embargo, sabe que en realidad no sabe nada; está convencido de que lo único que él ha hecho es viajar y escuchar, pero que con certeza no tiene grandes cosas para decir.

La historia cuenta que había en una localidad un hombre sabio que a los aldeanos le parecía por un lado una persona interesante y, por otro un extravagante.

El caso es que le solicitaron que les predicase. El hombre aceptó, pero el día en que los pueblerinos se reunieron para escucharle, intuyó que los asistentes no eran sinceros en su actitud y, con talante sumamente equilibrado, les preguntó:

-Amigos, ¿sabéis de qué me dispongo a hablaros hoy?

-No - respondieron los aldeanos.

-En este caso no voy a deciros nada. Sois tan ignorantes que de nada podría hablaros que mereciera la pena. En tanto no sepáis de qué voy a hablaros, no os hablaré.

Los presentes, avergonzados y desconcertados, se marcharon a sus respectivas casas. Al siguiente día se reunieron y decidieron reclamar otra vez las palabras del sabio, quien les volvió a preguntar:

-¿Sabéis de qué voy a hablaros?

-Sí, lo sabemos –respondieron los aldeanos, que estaban preparados.

-Siendo así, no tengo nada que deciros, puesto que ya lo sabéis. Que tengáis una plácida noche.

En el comienzo de este cuento ya podemos apreciar cómo juega el sabio sufí con sus interlocutores. Tiene un claro objetivo: hacerlos reaccionar. Él intuye que no oirán sus palabras de corazón, y que solamente le piden que hable para saciar sus deseos de escuchar alguna verdad. Sin embargo, él tiene claro que, mientras ellos no se dispongan realmente a escucharlo, su prédica será en vano.

El cuento sigue:

Los vecinos, irritados, no se dieron por vencidos, y una vez más reclamaron la prédica del hombre que consideraban tan extraño, a la vez que revelador:

-¿Sabéis, amigos, de qué voy a hablaros?

Los aldeanos ya habían estudiado muy bien la respuesta que iban a dar para obligarle al sabio a disertar. Y contestaron:

-Unos lo sabemos, y otros no.

-Muy bien. En tal caso, los que saben que transmitan todo su conocimiento a los que por el momento no saben.

Cuando uno cree que lo sabe todo, no es capaz de recibir nuevos conocimientos. Pero cuando uno no sabe nada, ni siquiera lo que quiere, tampoco será capaz de abrirse a la verdad.

Este cuento, además, nos enseña que no vale la pena perder el tiempo con las personas que no deciden salir de la ignorancia; y que si en una comunidad hay personas de talento, es ocioso buscar un nuevo maestro.



jueves, 17 de noviembre de 2011

Enjoy the Silence

Esta mañana, durante la guardia de Biblioteca del recreo, me he sentido obligado a invitar a dos alumnos a abandonar el lugar. No es cosa que uno haga a menudo, ni con gusto —y me ha parecido que sería bueno meditar un poco sobre el fenómeno.

Entre las cosas que muchos alumnos han dejado de entender (o nosotros de saber explicar) está por qué las bibliotecas deben ser silenciosas. La gente que va a la biblioteca a charlar o armar jaleo mata la posibilidad de disfrutar del silencio. Un silencio vivo, bullicioso a su manera. Y cada vez más infrecuente. De manera irreflexiva, automática, asociamos el silencio con la muerte o el totalitarismo. Sin razón: el totalitarismo es un disco rayado y estridente, y la muerte una zona inhóspita. Nada que ver con el silencio acogedor de una biblioteca, donde la gente, liberada del ruido, disfruta del espacio ganado y puede aprovecharlo para pensar o imaginar. Obedientes al prejuicio, en cuanto nos juntamos, o nos juntan, nos sentimos obligado a hablar a voz en grito (aunque no, por desgracia, a encontrar algo digno de decirse). Cada vez es más raro topar con gente que nos ahorre (y se ahorre) su charla y su estrépito: una rara cortesía. 'Gente en silencio' es ya casi un oxímoron.

No es solo que se agreda de forma desaprensiva contra el derecho de los demás a concentrarse, sin soportar nuestro ruido y nuestra incapacidad para centrarnos (como, en los últimos tiempos, se nos ha reconocido el derecho a no tragarnos el humo de los fumadores); es que la más mínima llamada a la racionalidad se siente (lo que ya es el colmo) como una agresión, un recorte a las libertades. Tenemos, piensan algunos, derecho a convertir la Biblioteca en una extensión del bar; después de todo, dirán para sí, ya hemos convertido las clases en algo muy parecido...

Uno se resigna, pues, a parecer tan estricto como sea necesario para poner dique a la grosería y la falta de educación. Por mucho que nos enfrentemos a una inercia poderosa, la decisión de no ceder a ella, aunque problemática, siempre es posible. Gracias a los que así lo comprenden —y espero que los que no se han parado a pensarlo tengan la oportunidad (en lo que callan un instante, para leer; quizás pensar) de hacerlo.


lunes, 14 de noviembre de 2011

Los huesos, esos desconocidos

¿Sabías que "los huesos son órganos vivos: están compuestos por arterias y venas [...]. Cada año renuevan el 10% de sus células y pueden recomponerse cuando se fracturan...

(De La Enciclopedia Visual de las Preguntas -El cuerpo humano). David-Lengua

Enciclopedia visual de las Preguntas

Al llegar esta semana a la biblioteca, en las estanterías de novedades, he encontrado los libros de la colección Enciclopedia visual de las Preguntas, con MUY DIVERSOS Temas (Insectos, Cuerpo humano, Inventos, Viajeros, la Tierra,...).

Estos libros entran muy pronto por la vista, y te enganchan a leer (aprendes curiosidades en cada página). Os animo a hojearlos, leerlos y disfrutarlos. (¿me dejaréis alguno la próxima semana?). DAVID Lengua

jueves, 10 de noviembre de 2011

Tu carne olía ricamente a otoño


Una pequeña paradoja: según pasan los años, la riqueza de la literatura no hace más que crecer, al sumarse nuevos autores y obras y un mejor conocimiento de los que ya había. Sin embargo, nuestros temarios de Lengua Castellana y Literatura menguan, cada vez más simplificados y ramplones, como si todos nos hubiéramos resignado a la idea (más bien descortés, y para nada justificada) de que los jóvenes actuales solo pueden retener unos pocos nombres (los indudables: Bécquer, Baroja, Machado, Cela...), y aun de estos, bien poca cosa (dos o tres títulos y alguna generalidad más o menos gaseosa).

Solo así se explica que en nuestros apuntes y libros de texto nunca se hable, por ejemplo, de Tomás Segovia, un gran poeta español y mexicano que ha muerto esta semana en México. Poco o nada tenía Segovia de 'autor menor': muy al contrario, se trata de un verdadero gigante de nuestras letras, un torbellino de ideas e imágenes que no solo se mantuvo activo hasta sus últimos años, ya octogenario (Sófocles, recordemos, escribió una de sus obras maestras, Edipo en Colono, con noventa inviernos), sino que en opinión de algunos críticos fue a mejor con el tiempo, subiendo en cada poemario o libro de ensayos la apuesta del anterior.

En vez de la proverbial torre de marfil en la que se encierra el genio a aburrirse y contárnoslo, Segovia pasaba sus tardes en uno de los cafés más bulliciosos de Madrid, el Comercial. Necesitaba, decía, el ruido para poder concentrarse; y no era difícil sacarle por unos minutos de su tarea para mantener una conversación sobre lo divino y lo humano. Pocas veces un autor estuvo tan al alcance de sus lectores, y tan dispuesto a departir con ellos.

En nuestra querida Biblioteca no tenemos aún ninguno libro de Tomás Segovia, pero no pasará este curso sin que lo solucionemos. De su antología En los ojos del día (Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2003) os traigo hoy este poema, uno de sus Sonetos votivos, un ciclo amoroso en el que el poeta se atrevió a integrar en la literatura algunas palabras que todos conocemos y usamos, pero que siguen considerándose tabú, como si designaran (nada más lejos de la verdad) algo de lo que debiéramos avergonzarnos.

Tu carne olía ricamente a otoño,
a húmedas hojas muertas, a resinas,

a cítricos aceites y a glicinas

y a la etérea fragancia del madroño.


Hábil como una boca era tu coño.

Siempre había, después de tus felinas

agonías de gozo, en las divinas

frondas de tu deseo, otro retoño.


Te aflojabas de pronto, exangüe y yerta,

suicidada del éxtasis, baldía,

y casta y virginal como una muerta.


Y poco a poco, dulcemente, luego,

absuelto por la muerte renacía

tu amor salvaje y puro como el fuego.



Tenéis Una Cita

"Nada enriquece tanto los sentidos, la sensibilidad, los deseos humanos como la lectura" Vargas LLosa).

¿Pensábais que diría la pantalla del ordenador? DAVID- Lengua

lunes, 7 de noviembre de 2011

Aquí, Catulo


Entre los libros por descubrir de nuestra Biblioteca está una preciosa versión en verso castellano de la obra de Catulo, el gran poeta latino, llevada a cabo por Rafael Herrera y publicada en Ediciones Clásicas. Si no tienes el gusto de conocer a este gran poeta, aquí te lo presentamos.

*

Podemos considerar a Cayo Valerio Catulo (Catulo para los amigos) el primer poeta romántico del que tengamos noticia. Si le faltaran otros méritos, uno innegable sería haberse adelantado a su tiempo. Vivir en el siglo I antes de Cristo, veinte siglos antes de que surgiera el Romanticismo, no le impidió ser fiel a los postulados intemporales de este movimiento: utilizar el arte para conjurar sentimientos íntimos, poner la pasión por delante de la razón y preferir morir (literalmente) de amor antes que resignarse a vivir sin él.

La vida de un enamorado de este calibre no se entiende sin la contrafigura de su amada, una mujer bastante enigmática de la que no nos ha llegado una sola línea, pero que vive para siempre en los versos mejores de nuestro poeta. Tanto Catulo como ella pertenecían a la clase noble, y debieron de nacer en los mismos años, aunque ella era algo mayor: sabemos que él vio la luz en el año 84 a.C. en Verona, la misma ciudad (ya es coincidencia) en que otros dos jóvenes enamorados acabarían dándose muerte muchos años más tarde.

La mujer que Catulo amó tanto se llamaba Claudia (o, como se pronunciaba entonces, Clodia). Cuando él la conoció estaba ya casada, pero eso no impidió que ambos se atrajeran fuertemente desde el primer momento en que se vieron. Siguiendo una convención de la poesía amorosa, en sus versos ocultó su nombre, cambiándolo por otro que era todo un guiño. Lesbia, la llamó, como lesbia (de la isla griega de Lesbos) era la poetisa Safo, autora favorita de Clodia, alguno de cuyos poemas tradujo y adaptó al latín el propio Catulo.

Aunque nuestro autor cultivó con éxito la poesía narrativa, escribiendo unos notables poemas épicos de extensión relativamente breve (los epilios, de unos 500 versos), lo esencial de su obra son sus poemas de amor y desamor, casi siempre breves y concisos, pero devastadores. A través de ellos podemos seguir, como en una novela, la trayectoria de este amor tormentoso, pasando de los primeros escarceos a una pasión torrencial, correspondida; por desgracia, algo que no conocemos bien hizo que Clodia dejara de ser la amante entregada del primer momento para transformarse en una mujer caprichosa y hasta cruel (despiadadamente liberada, como la llama García Calvo) que engañaba al poeta con otros hombres y lo enloquecía con sus frecuentes desvíos, rechazándolo para después aceptarlo otra vez, y volver a abandonarlo cuando ya se creía a salvo. (Por supuesto, si lo sucedido nos lo hubiera contado Clodia, la perspectiva sería muy distinta: pero nosotros no tenemos más remedio que ver los hechos desde el punto de vista del amante despechado, que, por después de todo, fue quien se tomó la pequeña molestia de hacer inmortal esta historia.)

De forma muy romántica, Catulo pasa del amor ilusionado a la desilusión y el desengaño más mordaces, sin por ello dejar por un solo momento de amarla con toda su alma. Muere a los treinta años, en el 54 a.C., por una enfermedad misteriosa (consunción), que quizá hoy llamaríamos depresión: no hallaba sentido a una vida vacía de la que prefirió desinteresarse, hasta dejarse ir sin oponer demasiada resistencia. Hay quien dice que se envenenó: y seguramente es cierto. Su veneno, eso sí, tenía seis letras…

jueves, 3 de noviembre de 2011

La fuerza de la lectura

"Un día leí un libro y toda mi vida cambió. Ya desde las primeras páginas sentí de tal manera la fuerza del libro que creí que mi cuerpo se distanciaba de la mesa y la silla en la que estaba sentado.[...]. Era aquel un impulso tan poideroso que creí que de las páginas del libro emanaba una luz que se reflejaba en mi cara: una luz brillantísima que al mismo tiempo cegaba mi mente y la hacía refulgir[...]"

Del libro LA VIDA NUEVA, de Orhan Pamuk

¿No te has sentido alguna vez así? ¿Lo has compartido con alguien, como el protagonista del libro? ¿Has sentido peligro por ello? Siempre se puede sentir en la BIBLIOTECA...

jueves, 27 de octubre de 2011

lunes, 24 de octubre de 2011

EL PAÍS DEL FIN DEL MUNDO


Hola: esta semana os quiero recomendar un libro de humor. Aunque la temática es de ciencia ficción -es sobre MUNDODISCO,un mundo medieval de magos, soldados, la muerte dando paseos,... sobre 4 elefantes grises que descansan sobre una tortuga gigante por el universo-, luego lo que importa es lo divertido de los pensamientos e ideas de los personajes y los líos inventados por el autor para este entretenido mundo literario (ya lleva muchos títulos publicados; pronto habrá más libros de bolsillo... si los pedís). Un saludo. DAVID Lengua

jueves, 20 de octubre de 2011

Edipo soviético


Uno de los libros más notables de nuestra Biblioteca es el Edipo Rey de Sófocles, una obra a la que intentamos hacer justicia en la asignatura de Literatura Universal, que podéis cursar en 2º de Bachillerato. Su protagonista, Edipo, es un héroe que lucha por establecer la justicia y averiguar cuál es la verdadera naturaleza de las cosas. En esa investigación le aguarda, sin embargo, una pesada sorpresa: los dioses han decidido que Edipo cometa, sin saberlo, dos de las acciones más horrendas que puede llevar a cabo un ser humano...

La historia de Edipo se ha analizado desde muchos puntos de vista y ha inspirado muchísimas obras de arte, tanto literarias como musicales y pictóricas. Hoy vamos a recordar cómo la enfocó Vladimir Propp, un gran folklorista soviético, del que también puedes encontrar en la Biblioteca su gran obra Las raíces históricas del cuento popular.

*

Uno de los folkloristas más influyentes del siglo XX es el soviético Vladimir Propp (1895-1970). En su obra Morfología del cuento popular (1928) demostró que los narradores de cuentos maravillosos (cuentos de hadas, fairy tales) siguen siempre, inconscientemente, una pauta o patrón, el mismo para todos los cuentos. Por tanto, estos no son creaciones autónomas, sino variaciones de un único esquema: la historia comienza siempre con una pérdida o catástrofe (la princesa es raptada, llega una peste, el sol desaparece del cielo), que da pie a la intervención del héroe protagonista. Éste emprende su misión, en el curso de la cual entra en contacto con el Donante: un personaje (un animal, una bruja, un difunto…) que le somete a una prueba (lucha con él, le hace preguntas, le encarga una misión complicada) y que, una vez superada ésta, le da ayuda y/o un objeto mágico. Logra así llegar hasta el antagonista (un mago malvado, un dragón, el diablo), que es el culpable de la desgracia que ha caído sobre el reino. A veces, el Donante es un personaje femenino relacionado con el villano (su hermana, su hija…) que, aunque al principio se enfrenta al héroe, acaba enamorándose de él y le revela algún punto débil del villano. Durante el combate, hay un momento en que el héroe parece derrotado, pero finalmente se repone, de forma sorprendente, y logra derrotar a su enemigo. Después, se dirige al reino con el bien precioso que el villano había secuestrado (una princesa, un objeto mágico, un tesoro), pero en el camino tiene que afrontar nuevos problemas: alguien (el villano, sus servidores) le persigue; un traidor se lo roba y se presenta en la corte como si fuera el verdadero héroe. Cuando el protagonista llega lo hace de incógnito, sin revelar su verdadera identidad. Se encuentra al usurpador ocupando el lugar que le correspondería, y debe desenmascararlo. Para ello, pasa una prueba que demuestra sin lugar a dudas que es él quien ha vencido al villano (por ejemplo, saca de un zurrón su cabeza). Finalmente, es reconocido, se casa con la princesa y sube al trono.

Muchos de estos elementos (Propp los llama funciones) pueden faltar, hay secuencias que pueden repetirse dos o más veces, y algunas funciones pueden ser sustituidas por otras —pero el esquema esencial problema-héroe-solución siempre es el mismo, y también el orden de los factores. Propp resumió su análisis en una larga expresión algebraica, que podemos comparar con un programa informático, lleno de expresiones del tipo (if…., goto…). Inventarse un cuento de hadas nuevo es como jugar una nueva partida en un juego milenario. El narrador tiene que dar nombres a los personajes y elegir en cada encrucijada la opción que mejor le venga (por ejemplo: ¿con qué pérdida iniciar el cuento? ¿Un mago maligno llega a la corte, hechiza la princesa y se la lleva consigo? ¿Un dragón llega al reino y destruye con su aliento flamígero los campos, exigiendo víctimas humanas para no destrozarlo todo? ¿Una extraña maldición hace que la magia deje de funcionar en el reino?).

Aunque Propp limitó su análisis a los cuentos de hadas rusos, el esquema que descubrió está también presente en infinidad de novelas, películas, cómics, etc. No es nada nuevo: desde pequeños sabemos que todas las historias de buenos y malos se parecen mucho entre sí. Por ejemplo: un grupo de terroristas (el villano) secuestra un edificio lleno de personas (pérdida); un policía de incógnito (el héroe) se encuentra por casualidad entre los rehenes; roba un arma y se esconde en los conductos de ventilación del edificio, hasta lograr localizar al jefe de los terroristas; en más de una ocasión parece que va a quedar derrotado (le hieren, le acorralan…), pero finalmente logra desarmar al enemigo y liberar a los rehenes. Sin embargo, a última hora un jefe de policía ambicioso le arrebata la gloria, presentándose en los periódicos y en la televisión como el responsable de la victoria… hasta que el héroe lo desenmascara hábilmente y lo deja en ridículo.

Los creadores de los librojuegos y los juegos de rol han tenido también muy en cuenta la obra de Propp. Unos y otros pueden considerarse variantes en vivo del esquema que él describió. Incluso se han creado páginas web en las que se puede generar automáticamente todos los cuentos que uno quiera, con sólo determinar qué elementos (funciones) de los fijados por Propp se van a combinar (http://www.brown.edu/Courses/FR0133/Fairytale_Generator/home.html; http://www.stonedragonpress.com/wicca_201/vladimir_propp/oral_tradition_00_a.html).

Aunque se le recuerda sobre todo por haber fijado este arquetipo o esquema formal de lo que es un cuento de hadas, Propp también se ocupó del contenido, al que dedicó otro gran libro, Las raíces históricas del cuento popular (1946). Según él, las narraciones populares sólo pueden entenderse aplicando la doctrina marxista según la cual la infraestructura (la manera en que está organizado el trabajo y la vida diaria dentro de una sociedad) determina y produce la superestructura (la cultura, las creencias, el arte). Los cuentos populares (entre ellos, la historia de Edipo) nacen para describir aspectos importantes de la vida del pueblo. Sin embargo, la correspondencia entre las condiciones socioeconómicas y lo que pasa en las historias no es directa y transparente, sino dialéctica. Cuando las condiciones de vida de un pueblo cambian (por ejemplo, cuando pasa de ser nómada a ser sedentario, o de vivir en palafitos a vivir en cabañas, de vivir en las montañas a vivir en la llanura) no descarta sin más los cuentos que tenía, sino que los adapta. Por eso, los cuentos tiene que ver con las condiciones actuales de vida del pueblo, pero también con condiciones que se dieron en el pasado pero ya no son válidas. Este tipo de compromisos entre el presente y el pasado es el que genera, según Propp, muchos de los elementos maravillosos y sorprendentes de los cuentos.

Dentro de las narraciones populares, Propp se interesó especialmente por la leyenda que nos ocupa. En su libro Edipo a la luz del folklore (1944) propuso una interesante interpretación de la misma. Según él, la historia de Edipo surge de la mezcla de dos formas distintas de organizar la sucesión dentro de un sistema monárquico:

1. En la primera, más antigua, el trono va ligado a la hija mayor del rey (sistema matrilineal). Por eso, el trono queda en manos de alguien externo a la familia: el yerno del rey.
2. En la segunda, más reciente, hereda la corona el hijo mayor del rey (sistema patriarcal).

En el cuento de hadas típico, el sistema de sucesión es matrilineal: el héroe llega a un reino donde hay problemas, los soluciona y recibe a cambio la mano de la princesa, convirtiéndose en heredero del trono. A veces, la sucesión aparece suavizada: el rey se queda con la mitad del reino y da la otra al héroe, su yerno. Otras veces, es muy violenta: el rey, celoso, se opone al héroe con todas sus fuerzas, y al final el héroe tiene que matarlo.

El cuento de Edipo surge cuando se superponen en una sola las dos historias: Edipo gana el trono de Tebas porque es el héroe que mata al monstruo (esfinge) y se casa con la princesa (Yocasta) [sistema matrilineal]; pero al mismo tiempo era de todas formas el heredero, porque era el hijo del rey y estaba destinado a sucederlo a su muerte (que él mismo provoca).

sábado, 15 de octubre de 2011

LAS TRAMPAS DE LA MENTE

Hola: me quiero estrenar este año en esta nuestra blog de la biblioteca para comentar el último ensayo que he leído -ya casi acabo una novela...- sobre cómo nos engaña la mente cuando actuamos a diario. Es LAS TRAMPAS DE LA MENTE, de JOSEPH T. HALLINAN, edit. KAIROS, 2010
El autor nos explica que tendemos a elegir el lado derecho -o izquierdo, si somos zurdos-, por lo que es útil dirigirse a la izquierda en los supermercados, para no esperar cola...
También está demostrado que cuando pensamos que una respuesta puede ser incorrecta y la cambiamos, la puntuación aumenta... pero que casi nunca la cambiamos; preferimos la primera opción (¿pasará igual con el amor a primera vista?)...

Un saludo y hasta la siguiente visita a la biblioteca
DAVID -Lengua

jueves, 13 de octubre de 2011

El Quijote y la música (I). Rocinante


Estos días, con motivo del estreno de la película El Capitán Trueno y el Santo Grial, sobre el legendario personaje de cómic inventado por Víctor Mora, se ha recordado en buena hora la estupenda canción que el grupo Asfalto dedicó al héroe en su primer disco, publicado en 1978.

Aquel disco, sin duda el mejor del grupo, contenía otro clásico, relacionado en este caso con el libro del que nos hablaba en la entrada anterior Marisol: se trata de Rocinante, una balada agridulce e irónica que propone un final alternativo a la obra de Cervantes. En vez de recuperar la cordura en su lecho de muerte, Don Quijote sobrevive, aunque quizá para mal: se deja espabilar por Dulcinea y abandona la vida del caballero andante para convertirse en un comerciante de medio pelo. Solo Rocinante (que en esta versión tiene algo de Clavileño y Pegaso, legendarios caballos alados), que se ha refugiado en un valle de paz, al otro lado de la eternidad, mantiene el recuerdo y la conciencia de los ideales que llevaron a Don Quijote a abandonar su aburrida vida de hidalgo. En él subirá el cantante, decidido a retomar el viaje infinito donde lo dejara Alonso Quijano.

Así sonaba Rocinante en el disco de 1978, con un arreglo insuperable; y así podemos apreciarlo en una versión en directo, bastante apañada, del año 1987:

martes, 11 de octubre de 2011

La novela favorita de...


Ya son dos los profesores que se animan a compartir con nosotros uno de sus libros favoritos. A ver si adivinas (antes de llegar al final) quién nos habla esta vez...

*

Aunque podría incluir títulos mil, como Cien años de soledad, Demian (H. Hesse), La cena secreta (J. Sierra), La ciudad y los perros (Vargas Llosa)... me quedo especialmente con uno, y no por ser considerado como el mejor por parte de la crítica y por una buena parte de lectores, sino por ser el libro que me abrió nuevos horizontes y un camino para descubrir una afición que siempre me estuvo latiendo pero que permanecía en letargo desde mi curso de COU: el TEATRO.

Y ¿cómo es esto?, te preguntarás. Te explico.

En un lugar de Extremadura, de cuyo nombre sí quiero acordarme —Cáceres—, no ha mucho tiempo una joven recién estrenada profesora de Lengua y Literatura quiso pisar las tierras que pisó el hidalgo con sus alumnos del Instituto Hernández Pacheco, pero subvención no había; entonces ... ¿qué hacer? Conseguir esa ayuda monetaria con un montaje teatral y he ahí que inicio mi andadura, acaso quijotesca por lo ilusoria y ardua, y me embarco en la creación de espectáculo tras espectáculo desde Maribel y la extraña familia (M. Mihura), La venganza de don Mendo (P. Muñoz Seca), Pic-nic y El Triciclo (F.Arrabal), Eloísa está debajo de un almendro (E. Jardiel Poncela), El sueño de una noche de verano —W. Shakespeare— (tres versiones), Niebla (Unamuno), Seis personajes en busca de autor (L. Pirandello), un recorrido por nuestros clásicos (De sátiras, burlas y otras andanzas -recopilación de textos del Arcipreste de Hita, La Celestina, Lazarillo, Don Quijote —¡cómo no!—, Góngora, Quevedo...), un homenaje a nuestros autores del 98...

Aquella deseada excursión manchega se realizó gracias a la ayuda de cuantos asistieron al singular evento —singular por lo catastrófico ante mi impericia y la de mis alumnos y la escasez de recursos— y me hizo disfrutar no solo de aquellas tierras junto a mis pupilos sino de cuanto acarrearía: el conocimiento y disfrute de personalidades confusas y admirables, situaciones absurdas y divertidas, historias trágicas y mágicas, y hasta delirantes y tormentosas cuando esta experiencia "escolar" me conduce a lo amateur y la participación en certámenes y consecución de premios, con montajes de más alta envergadura: El arquitecto y el emperador de Asiria (F. Arrabal -de nuevo-), La muerte y la doncella (A. Dorfman), Walter Negro, el asesino casual (J.L. Esteban)...

Por todo lo expuesto, puedes comprobar que fue Don Quijote quien me impulsó a soñar, descubrir, experimentar, sufrir —¡qué traicioneros y maravillosos son los nervios!— y gozar. Sí, GOZAR, con mayúsculas, por esa magia que conlleva el TEATRO: el aplauso; ese reconocimiento de un trabajo hecho con todo el cariño y esfuerzo de una profesora de Lengua y Literatura que desearía que sus alumnos del Augustóbriga pudieran disfrutar en algún momento de sus vidas, si no en carnes propias, en ajenas, para disfrutar, descubrir, soñar...

VIVA Y VIVE EL TEATRO.

Marisol García

jueves, 6 de octubre de 2011

El famoso impermeable azul de Leonard Cohen


Hoy Elena Flores, de 2ºC de Bachillerato, nos habla sobre un libro y una canción:

A) El libro a tratar se titula: El Consuelo de Anna Gavalda, a modo de introducción comentaré un poco la biografía. En 1992, gana el premio France Inter con La plus Belle lettre d’ amour. Mientras trabajaba como periodista, publicó en 1999 una colección de relatos cortos con el título de Je voudrais de quelqu’un m’ attende quelque part, que tuvo gran éxito de críticas y ventas en Francia. Escribe El Consuelo, publicado en el año 2010, del que comento un poco el argumento: Charles Balanda tiene 47 años y una vida más bien triste a pesar de ser arquitecto, su familia está separada y la muerte de Anouk, una mujer muy importante en su vida años atrás, hará que los recuerdos afloren desde lo más profundo, una historia de amor que cambiará el destino de los personajes, manteniendo el equilibrio entre la alegría y la tristeza. Personalmente he leído el libro y lo escogí para este trabajo porque alude a bastantes canciones y títulos de estas. He escogido una concretamente porque me parece un punto clave del libro, puesto que la gran distancia entre su hija y el protagonista desaparece en ese momento, hace verdadero hincapié en ello, dedicando dos páginas a comentar la siguiente canción: Famous Blue Raincoat de Leonard Cohen, poeta, novelista y cantante canadiense. Algunos gustos musicales de la escritora del libro son September song, de Fran Sinatra, Chet Baker, del que también hace alusión un par de veces a lo largo de la novela, Neil Hannon, etc. Destaco también la alusión a otros escritores, como Oscar Wilde, Port Bredy… O a otros artistas como Man Ray, Gio Ponti, Cardel… (Pág. 456 del libro)

B) La canción a tratar es
Famous Blue Raincoat, de su disco Songs of love and hate. Este tema se introduce cuando Charles (protagonista) y su hija caminan por la calle juntos, pero a una gran distancia realmente. Su mp3 dejaba oir otra canción de Cohen y Charles, recordando a su cantante favorito, inicia la conversación mostrándose efusivo por el buen gusto musical que tenía su hija.
¡A mí esa canción me volvía loco! ¡Loco! Creo incluso que me cargué la cinta a fuerza de rebobinar para oirla una y otra vez… (pág. 25 del libro)
Ríen juntos mientras él le cuenta que le dio la tabarra a su padre para que le comprase un impermeable Burberry’s, lo tiñó de azul y fue un completo desastre. Cohen se estaría riendo de él, dice. La letra de la canción realmente tenía que ver mucho con toda la historia personal del protagonista, dice la canción: […] Ahora vives para nada ni nadie, confío en que conserves algún tipo de recuerdo, refiriéndose a él mismo y a su hija, la cual parece una extraña. […] Y cuando mi mujer volvió a mí, era la esposa de nadie. […]. Nuestro protagonista tenía problemas con su mujer, apenas se hablaban y sabía que tenía amantes, el trabajo de Charles le hacia viajar y estar siempre fuera de casa, por ello dice: Tú habías estado en la estación, esperando cada tren y volviste a casa solo. […] Menciona también: Tu famoso abrigo azul ahora está gastado, refiriéndose a su juventud y a la alegría, que se esfumó, y mi gran abrigo está viejo. La canción fue escrita por Cohen tras robarle la mujer a un amigo, él se pone en la piel del amigo y le perdona (es decir, se perdona a sí mismo). A día de hoy no se sabe si fue su amigo o hermano.



Elena Flores García, 2ºC de Bachillerato

lunes, 3 de octubre de 2011

Tolkien y la música (I): La Dama Se Esconde


Como bien ha visto Irene, el libro por el que preguntábamos en la entrada anterior es El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien: un libro que en su día, por situarse al margen de las corrientes principales de la literatura inglesa, fue considerado un capricho literario, pero que constituye hoy el clásico por excelencia de la fantasía épica. Tolkien, eso sí, ha tenido muchos imitadores pero ningún heredero: sólo George G. Martín, con su monumental Canción de fuego y hielo, puede considerarse un contendiente serio al trono (y aun tendrá que pasar tiempo para ver si su saga cuaja o no).

Hemos preguntado a Nacho Goberna, el autor de las canciones de La Dama Se Esconde, sobre su pasión tolkieniana. Esto nos responde, en exclusiva para este blog:
Sí, así es. Admiré, y sigo haciéndolo, a Tolkien. Lo descubrí a mis 17 años. Encontré en casa una edición de bolsillo, en inglés, de "The Hobbit", pertenecía a mi hermano mayor, y a partir de ahí me empapé de todos sus escritos. Pasé de vivir aventuras con Bilbo Baggins a hacerlo con Frodo Bolsón. Recuerdo que me hizo mucha gracia la traducción del familiar apellido en las ediciones en castellano. Canciones como las que citas quise que reflejaran dicha admiración mezclándola con mi manera de ver las cosas, de vivir el mundo que me rodeaba, con los ojos ávidos de asombro, decidido, ya entonces, no, no dejaría jamás de ser un niño, seguiría reivindicando siempre el poder reconfortante y sanador, de los cuentos y la fantasía. Y el gris, el gran mago al que siempre apelé y apelo en momentos turbulentos. Magnífico Tolkien. Mi libro favorito es "El Hobbit", el único escrito de él que no me gusta es "Silmarillion". ¡Un saludo!
Entre las primeras canciones del grupo, además de Amenazas (1986), están El pastor de árboles (sobre Bárbol), Aventuras y El gris (sobre Gandalf), que formaban la cara A del mini-LP Avestruces (1985). Pero no son las únicas: en discos posteriores, encontramos también pinceladas medioterráqueas. Cerrando el círculo, la primera canción que publicó el grupo (El cielo azul, 1984) y la última (Magia, 1993) son sendos homenajes al maestro Tolkien.

Así suena El gris:

Ojos profundos, viejos son.
Largos caminos, tú y yo.
¿No lo conoces? Es el Gris.

Historias cuentan, largas son.
Son mil palabras en su voz.
Ya sabes que no mentirá,
mi niño duerme, duerme ya.

Sabes bien
que irá
hacia el este, hacia el sur y tú.
Él por ti
luchará,
ríos, bosques, lagos de cristal.

Sus dientes brillan sin cesar,
reflejan tiempos que vendrán,
¿es que no tienes ilusión?

Mira las nubes, tú lo ves,
hay dibujado un gran halcón,
fiel mensajero es del Gris.



viernes, 30 de septiembre de 2011

Libros que son canciones: Amenazas


Seguimos con la iniciativa Libros que son canciones. Hoy nos detenemos en uno de los libros más leídos y voluminosos de nuestra biblioteca, que ha tenido una influencia destacadísima en la música pop y rock, desde los años 60 hasta nuestros días. Músicos de varios géneros (la psicodelia, el rock duro, el rock progresivo, la música indie, la new age...) se han sentido fascinados por la riqueza de sus personajes y la grandeza de su concepción épica.

Dentro de la música española, el libro del que hablamos dejó una huella entrañable en las canciones de La Dama Se Esconde, un dúo de San Sebastián formado por Nacho Goberna (que sigue en activo como solista) e Ignacio Valencia. La favorita de este coordinador es la que sigue, que aprovecho para lanzaros de nuevo un reto, con su premio correspondiente. Esta vez os pedimos algo un poco más difícil: no sólo tenéis que localizar la obra en que se inspira la canción, sino decirnos qué parte de la letra está tomada casi literalmente del libro y señalar qué personaje está hablando y a quiénes se dirige. El premio lo merece: una magnífica edición comentada de una de las obras de este autor.

Así suena la canción:


jueves, 29 de septiembre de 2011

El retrato de Dorian Gray


Pues sí: como bien ha visto Irene, No puedo mirar está inspirada en El retrato de Dorian Gray: en esta página podéis leer una entrevista al autor de la canción, Antonio Vega, donde confirma la relación.

Como regalo para todos, hoy hemos invitado a uno de los profesores más veteranos y carismáticos del centro para que nos hable de esta novela. A ver si adivináis antes de llegar al final de quién se trata.


EL RETRATO DE DORIAN GRAY O EL TERROR GÓTICO


Elegir un libro que sea entretenido, ameno, instructivo, …, de entre toda la enorme lista de volúmenes que hay en el universo puede ser fruto de la casualidad (veo uno, leo la sinopsis, me gusta, me lo quedo) o bien porque alguien te ha hablado de él y dices “¿y por qué no?”.

Yo ya había oído hablar de El retrato de Dorian Gray, novela escrita en 1890 por el escritor irlandés Oscar Wilde, una de las últimas obras clásicas de las denominadas novelas de terror gótico y uno de los clásicos modernos de la literatura occidental. La verdad es que el argumento me atraía y sintiendo, como siento, predilección por las novelas de intriga, suspense y demás sólo necesité el empujón ajeno, es decir, que alguien me dijera “léelo, léelo, léelo, …”. Y yo sucumbí. Y nunca me arrepentiré de ello.

Lo que Oscar Wilde te cuenta en el libro se relaciona con uno de los deseos más antiguos de los hombres (la especie humana, tú me entiendes): el de la eterna juventud. No obstante, el verdadero tema central de la novela es el narcisismo. No pierdas más el tiempo y busca la definición de “narcisismo” en un diccionario. O mejor, lee el libro.

En el centro del relato están Dorian, tremendamente narcisista, y un retrato suyo, reflejo de su belleza. Dorian es consciente de que algún día su belleza se desvanecerá. Y odia al cuadro. Pero entonces… ¡Léelo, hazme caso!

Te daré un pequeño empujón. Tras el prefacio, ¡que hay que leer!, el capítulo 1 comienza así:
El estudio estaba cargado del denso aroma de las rosas, y cuando la ligera brisa veraniega pasaba entre los árboles del jardín, entraba por la puerta abierta el olor intenso de las lilas, o el perfume más delicado del majuelo en flor.
Este comienzo preconiza que te vas a enfrentar a un relato salido de las manos de un escritor de gran sensibilidad. Su estilo sencillo, su gran conocimiento de las culturas griega y latina, su manera de introducirte en la historia que narra y lo que sucede, en fin… ¡¡que tienes que leerlo!!

El libro lo encontrarás en la biblioteca con el tejuelo J-WIL-ret y es para todos los públicos. Cuando lo hayas leído investiga sobre la vida de Oscar Wilde, tan interesante como su obra. O hazlo al revés. Luego, reflexiona mirando las estrellas.


Juan Pizarro Cañamero
Departamento de Matemáticas

martes, 27 de septiembre de 2011

Libros que son canciones, canciones que son libros: No puedo mirar


Bueno, aquí estamos de nuevo. Como cantaban The Doors, Summer's almost gone. De hecho, el otoño empezó oficialmente el 23 de septiembre, poco después que las clases —aunque basta salir a pasear por Navalmoral para sentir que el verano se resiste este año a dejarnos. Sus motivos tendrá.

La Biblioteca abre de nuevo sus puertas, aunque hasta primeros de octubre no estará actualizada la base de datos que nos permite prestar los libros. Podemos, entre tanto, ir haciendo muchas cosas: para empezar, poner de nuevo en marcha este blog y dedicarle un abrazo a Valle, la estupenda coordinadora de la que ha disfrutado esta biblioteca en los últimos años, y que ahora se ha incorporado a un nuevo centro, en Hervás. Además de un recuerdo excelente, Valle nos deja a todos el listón muy alto, así que vamos a procurar que esta biblioteca por la que ella ha hecho tanto siga bien encaminada y dando buenos frutos.

Para este curso tenemos muchas ideas. Esta entrada sirve para explicar una de ellas: se trata de buscar canciones que se inspiran en libros, y libros que se inspiran en canciones, que también los hay. Quizás hayas leído, por ejemplo, Campos de fresa, de Jordi Sierra i Fabra, uno de los libros juveniles más leídos de los últimos años, que se inspira en una de las mejores creaciones de los Beatles, Strawberry Fields For Ever. (Por cierto que también hay por ahí algún blog que se llama igual... —por algo será.)

Pues bien: hoy vamos a empezar con lo contrario, una canción inspirada en un libro. Se trata de No puedo mirar, una canción de Antonio Vega incluida en el disco de Nacha Pop Más números, otras letras, de 1983.

En GoEar puedes escuchar cómo suena la versión de estudio, y en el vídeo de Youtube que sigue tienes al grupo tocándola en directo en Benidorm ese mismo año (por desgracia, la grabación se corta un poco antes del final).

Pero vayamos a la pregunta, que es ésta: ¿en qué libro de un autor inglés del siglo XIX, que está en nuestra Biblioteca, se basó Antonio Vega para escribir esta canción inolvidable? Si lo adivinas, deja tu respuesta en el blog; el primero que acierte tendrá como premio un ejemplar del libro en cuestión.




viernes, 6 de mayo de 2011

VISITA DE JESÚS SÁNCHEZ ADALID


Hoy, viernes 6 de mayo, durante nuestra Semana del Libro, nos ha visitado el famoso autor de anovela histórica Sánchez Adalid. Autor de El Cautivo, el Mozárabe, La luz de Oriente, o Galeón.
Sobre esta última obra -ya nos ha informado "en exclusiva" que tiene lista la novela del 2011, sobre el siglo IX. LA ESPERAMOS pero mientras, leemos sus otras novelas para sumergirnos en otras épocas(están en las estanterías de la biblioteca).

Una curiosidad contada por nuestro invitado: ¿Sabiáis que los gusanos de seda, que todos hemos criado alguna vez, fueron traídos por los monjes de Guadulupe , Cáceres, para intentar tejer sus vestidos de seda, en el XVI? Lástima que los gusanos "españoles", no de Venecia como hasta entonces, mutarán a un tipo más pequeño... y con menos seda.

viernes, 29 de abril de 2011

OTROS IDIOMAS


Os animamos desde esta página a leer -o al menos hojear- los libros, novelas, cómics... que posee la biblioteca en idiomas extranjeros (inglés, francés y portugués).Y coged fuerzas para la próxima semana del Libro:
-Mercadillo solidario de libros.
-Concursos literarios y de fotos.
-Murales temáticos.
-Uso de libros electrónicos
-Visita del gran autor extremeño SÁNCHEZ ADALID (¿conocéis su obra? ¿habéis leído algo de él?)

viernes, 15 de abril de 2011

Calvina


Es un libro muy curioso, sobre un ladrón y quién encuentra en el interior de una casa (o quizá no sea tal). Es un caso policíaco, con muchas sorpresas, incluso juegos de palabras y diálogos para pensar como lector de Literatura... No leer con mucho sueño.

viernes, 8 de abril de 2011

Recién llegado


Si esta semana buscamos por las estanterías de la biblioteca,encontraremos el último PREMIO GRAN ANGULAR SM.
Se títula "El Salvaje" de Antoni García Llorca -fácil de recordar, si pensamos en García Lorca-; tiene un lenguaje muy sencillo, que hace que la novela se lea en poco tiempo. Trata sobre un chico en una zona rural, de monte, durante un periodo de guerra... Muy agradable y de buenos sentimientos.Os aseguro que gustará -ya ha cautivado a los del jurado de la editorial SM y a los siguientes lectores...
Esperamos comentarios.