jueves, 10 de enero de 2013

Ardiendo

Si hubiera que escoger un libro sobre sueños por su influencia múltiple en las artes y el pensamiento, ese sería sin duda La interpretación de los sueños, de Sigmund Freud, cuya publicación en 1900 abre el siglo XX y despliega por primera vez las posibilidades interpretativas del psicoanálisis.

De entre los muchos sueños que recoge y analiza Freud, el filósofo español Víctor Gómez Pin escoge el siguiente para abrir su libro Ciencia de la lógica y Lógica del sueño (Taurus, 1978):

Un padre ha velado largo tiempo, dla y noche, junto al lecho de su hijo enfermo. Tras la muerte del niño se retira a descansar a una habitación contigua, pero deja abierta Ia puerta a fin de no perder de vista el dormitorio donde reposa el cadáver del niño, rodeado de grandes cirios. Un viejo, encargado del velatorio, salmodia oraciones sentado junto al cadáver. Tras unas horas de haberse dormido, el padre sueña que su hijo está junto a su cama, le coge del brazo y con un tono lleno de reproche le dice al oído: «papá, ¿no ves que estoy ardiendo?» Se despierta, percibe un intenso resplandor que proviene de la habitación del cadáver, corre hacia ella y encuentra al anciano adormecido, la mortaja y un brazo del cadáver quemados por un cirio que, ardiendo, había caído sobre ellos.

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