lunes, 28 de octubre de 2019

Condiciones de Luna: El haz ambivalente (Andrea González)



Nuestro Club de Lectura y Taller Literario continúa, como la Luna a la que se consagra este año, atravesando fases y espacios. Hay que veces que tenemos que demorar nuestra reunión una semana; pero es para volver con más brío y entusiasmo a nuestras cosas. Así se nos vio este viernes pasado.

Y este es uno de los textos que nos regala de vez en cuando Andrea, nuestra querida @disomnia:

 EL HAZ AMBIVALENTE

Me quedé embriagada al instante en cuanto noté aquellas telas etéreas del anochecer envolviéndome en la suavidad del monte.

El ritmo de mis latidos se acompasó en cuestión de segundos con el ruido de la callada guadaña que asomaba entre los sauces.

El bosque consumía todo el aire al que yo podía aspirar, e incluso los búhos tenían dificultades para respirar el ambiente. Una niebla espesa acaparaba toda mi vista, vagos fantasmas rondaban fuera y dentro de mi pecho.

Entre todos ellos, se alzó la única damisela cuyo caballero era una estrella. Saludó con gracia, su cola iluminando el valle a su paso; sábanas de plata engullendo todos los cantos nocturnos.

El manto que me cubría esta vez no lo hacía con cariño. Me llenaba de polvo, me acogía con frialdad, pretendiendo hacer callar toda la humildad con la que yo conocía el cielo.

Y desde ahí me contemplaba ella. Una joven acorazada; cuyos suspiros se llevaba el viento, con el corazón roto por la luz del día.

Apiadándose de la única condición que compartíamos. Preguntándonos por qué su dolor era vida, y el mío una simple sonrisa.

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