sábado, 2 de abril de 2022

Concurso de sueños: El anillo

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Esa noche estaba muy cansada y me metí a la cama muy temprano. Allí empezó todo. 

Estaba en mi casa sola, mis padres estaban de viaje, me puse a limpiar mi cuarto y de repente encontré una caja con muchas cartas con sellos muy raros. 

Abrí una carta y apenas podía leerla porque estaba muy sucia y con una letra muy fea, la solté y abrí otra, pero mas o menos era similar a la primera. Intenté con otra, pero lo mismo que las anteriores me era imposible entender la letra. 

Saqué todas las cartas que había en esa caja y encontré un anillo con una piedra al fondo de esa caja. Ese anillo con esa piedra, que era muy redonda y con color azul muy clarito como el cielo, me gustó mucho y me lo probé cuando de repente sentí algo raro en mi interior y lo solté de golpe. Volví a cogerle y sentí lo mismo, pero esta vez con menos intensidad, no entendía nada, pero aun así no lo solté y lo llevaba aún. 

Esa tarde iba a salir con mis amigos, me preparé y salí. Llegué yo la última como de costumbre, éramos 5 (Viki, Alba, Cris, Alex, Brian y yo). Alex estaba enfadada con Viki por no traerla un zumo raro. Empezaron a discutir y yo sentía algo raro cada vez más fuerte. Empecé a saber lo que cada una pensaba y no era capaz de entender lo que me pasaba, me dolía mucho la cabeza. Alba notó lo pálida que estaba y me preguntó si estaba bien; le conteste que no me encontraba bien y que me iba a casa. Me despedí de todas, Brian decidió acompañarme, no quería dejarme sola. Cuando volvíamos ambos estábamos en silencio y volvia a senti lo que pensaba y pensé que me estaba volviendo loca y me empezaron a salir las lágrimas. Brian, muy preocupado me pregunto qué me pasaba y le conté que sentía lo que él pensaba y se puso a reír y yo seguía llorando más, intentó calmarme y mientras él pensaba que yo estaba loca o me había metido algo y le dije lo que estaba pensando, se quedó sin palabras. Me acompañó a casa sin decirme ni una palabra, se despidió de mí y yo intenté calmarme y poder dormir.

Al día siguiente tenía clase, de camino a clase estaba más tranquila que ayer. Al llegar al instituto saludé a mis amigos y cada uno fue a la clase que le correspondía. A mí me tocaba con Alex y Alba, estábamos todos medio dormidos. Empecé a sentir lo mismo que ayer y a saber lo que pensaba cada uno de mis compañeros, me empecé a agobiar muchísimo. Intenté disimular, pero viendo mi cara era muy obvio que algo me pasaba y no era capaz de decir nada porque me iban a tomar por loca, igual que pasó ayer con Brian.

En el recreo decidí ir a casa y averiguar qué es lo que me estaba pasando, no entendía nada, era capaz de saber en qué pensaba la gente y me sentía como una loca.

Mis padres esa misma tarde iban a volver, intenté pensar cómo era capaz de hacer eso y cada vez me volvía más loca porque no entendía nada. Estaba sentada en el salón dando más vueltas al asunto cuando me toqué la mano y recordé el anillo que llevaba y pensé que podía ser él el causante de todo esto, pero me puse a reír yo sola porque parecía un cuento de brujas. Me quité el anillo y sentí como un pequeño alivio, empecé a plantearme seriamente que algo tenía ese anillo.

Al cabo de unas horas mis padres volvieron del viaje y estuve con ellos un rato dialogando sobre lo que hice estos días sin ellos y sobre su viaje, no les conté nada de mis rayadas sobre leer mentes, pero no era capaz de leer las mentes de mis padres, entonces entendí que no llevaba el anillo y que gracias a ese anillo leía las mentes o eso creía.

Después de cenar y ducharme, me metí a la cama y me puse a buscar en internet algo sobre ese anillo, no encontré nada.

A la mañana siguiente me lo volví a poner y otra vez la misma sensación de agobio, era como que tenía que acostumbrar mi organismo a ese anillo. Saludé a mi madre y otra vez era capaz de leer su mente, entonces deduje que ese anillo era el causante de eso, quería contárselo a mis padres, pero no sabía cómo, así que decidí hacerlo después de volver de clase. Cuando llegué a clase actué normal, pero había pensamientos de mis compañeros que me hacían mucha gracia y me reía sola y la gente me miraba como una loca.

En el recreo conté todo a mis amigos, al principio se burlaron de mí y me tomaron como loca, pero cuando empecé a decir a cada uno lo que pensaba me empezaron a tomar en serio y a hacerme todo tipo de preguntas.

Intenté responder a las que pude, pero me estaban agobiando mucho y les pedí que me dejaran un poco sola. La mañana se me hizo muy larga y mis amigos no paraban de preguntarme más cosas y yo me agobiaba el doble.

Al llegar a casa, mis padres estaban esperándome para poder comer todos juntos, mientras íbamos comiendo estaba intentando ver la manera de poder explicarles todo, Empecé enseñándoles el anillo, cuando mi madre lo vio saltó alterada preguntando de dónde lo había sacado y la expliqué todo muy nerviosa, no entendía su actitud y por qué estaba de ese modo.

Mi madre me obligó a quitarme el anillo y a no hablar más de ese anillo, pero yo no entendía el porqué, ella solo se limitaba a decirme que hiciera caso o tendría consecuencias. Le di el anillo y me fui a mi habitación muy alterada sin entender nada.

Cuando ya me calmé, salí al salón en busca de mi madre para que me explicara todo.

Me contó que ese anillo era mágico y que a la larga podría causar mucho daño y lo mejor era olvidar el tema y hacer como si nunca hubiera visto ese anillo. Yo no era capaz de pasar del tema y me puse a investigar en esas cajas de cartas donde encontré el anillo y había una carta que conseguí entender, era de una chica que explicaba que ese anillo era muy peligroso si lo llevaba alguien durante mucho tiempo, hasta el punto de volverlo esquizofrénico. Me dio tanto miedo que no volví a tocar ese anillo. Mi madre me dijo que ese anillo lo había encontrado en esa misma caja con esas cartas en la casa de mi abuela después de su muerte y que iba a intentar deshacerse de él. Le propuse la idea de tirarlo en el río Tajo y ella aceptó. Ambas fuimos al río. pero antes de tirarlo, la piedra se puso a brillar y yo me desperté con el sonido de la alarma y no pude continuar con mi sueño.

2 comentarios:

  1. El sueño combina dos elementos fascinantes, que tienen una larga tradición a sus espaldas: el anillo mágico y la telepatía. Hay otro motivo subyacente que se enhebra con estos dos: el del tesoro maldito, que trae la desgracia a quienes lo disfrutan, y del que los protagonistas acaban desprendiéndose (o al menos lo intentan). Este objeto prodigioso suele venir 'de fuera': literalmente, aparece en el mundo cotidiano procedente de otro plano, el de lo fantástico, que a menudo se presenta en la narración codificado como 'el extranjero'.

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  2. Me impresionó especialmente un poema del autor griego Nikos Cavadías en el que cuenta la historia de un cuchillo maldito: todos los que lo compran acaban matando con él a alguien a quien amaban.

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