lunes, 6 de febrero de 2017

Concurso de sueños: Recuerdo (Nadia Bravo Ponce)


1 comentario:

  1. Hay rasgos de pesadilla en los otros relatos presentados, pero este me parece el más puramente onírico. Ese mar en el que se disuelve sin miedo la vigilia, como terrón de azúcar en el té, me recuerda al mejor Manuel Machado, al que escribió:

    Era un suspiro lánguido y sonoro
    la voz del mar aquella tarde... El día,
    no queriendo morir, con garras de oro
    de los acantilados se prendía.

    Pero su seno el mar alzó potente,
    y el sol, al fin, como en soberbio lecho,
    hundió en las olas la dorada frente,
    en una brasa cárdena deshecho.

    Para mi pobre cuerpo dolorido,
    para mi triste alma lacerada,
    para mi yerto corazón herido,

    para mi amarga vida fatigada...
    ¡el mar amado, el mar apetecido,
    el mar, el mar y no pensar en nada!...

    En el último párrafo, la razón hace las paces con la instancia invisible que programa los sueños. Es el suyo un razonamiento onírico: no hay otra forma de librarse de un pesado fardo que dejarlo ir, resbalar por su propio peso.

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