Como en otras ocasiones, tenemos la suerte de que Irene nos lleve por algunos de los vericuetos más interesantes de la literatura universal. Esta vez, nos cuenta la historia de una conexión imprevista: la que une el Edipo Rey de Sófocles, vía Freud, con una de las canciones más notables de la década de los sesenta.
*
The End es uno de los grandes éxitos del grupo estadounidense The Doors. Estos, en sus primeros años de carrera, cuando ya empezaban a ser reconocidos, tocaron en un bar de California, el Whiskey a Go Go. Al no aparecer por allí el vocalista del grupo, Jim Morrison, Ray Manzarek, el teclista, fue a buscarlo. Lo encontró en un motel, bajo los efectos del LSD y decidido a no actuar aquella noche. Sin embargo, su compañero logró convencerle diciéndole "vamos a darle a Tanzini" (el propietario del Whiskey a Go Go) "algo para recordar".
Ray no se equivocaba. Cerrando el concierto, Jim, influido por Freud, añadió su propia versión del Edipo Rey a The End:
—Father?
—Yes, son?
—I
want to kill you…
—Mother?
—I
want to fuck you!
Esto fue una sorpresa para todos los asistentes al concierto y causó un tremendo enfado en el dueño del local, que lo expulsó y despidió. Sin embargo, una de las personas que se encontraban esa noche allí era el dueño de la discográfica Elektra, Jac Holzman, que les propuso grabar un disco.
Esta misma represión que The Doors sufrió por parte de Tanzini también la sufre cada individuo cuando reconoce esos sentimientos y como Edipo quisiéramos “arrancarnos los ojos” (sacar de nosotros ese sentimiento) que la sociedad nos ha enseñado a reprimir.
Más tarde, The Doors incluye The End en su álbum debut, incorporando el pasaje edípico, esta vez censurado:
The killer awoke before dawn,
he put his boots on.
He took a face from the ancient gallery
And he walked on down the hall.
He went into the room where his sister lived,
and then he paid a visit to his brother, and then he
he walked on down the hall, and
and he came to a door...and he looked inside
—Father? —Yes, son? —I want to kill you!
Mother...I want to...fuck you!
he put his boots on.
He took a face from the ancient gallery
And he walked on down the hall.
He went into the room where his sister lived,
and then he paid a visit to his brother, and then he
he walked on down the hall, and
and he came to a door...and he looked inside
—Father? —Yes, son? —I want to kill you!
Mother...I want to...fuck you!
Así, cuando
llega a las últimas frases, Jim grita a modo de censura, ya que la referencia
explícita a querer tener relaciones sexuales con su madre podría no ser muy bien
aceptada socialmente.
El propio
Morrison hablando de The End declaró "veo que podría ser un adiós
a la infancia", haciendo una clara referencia al complejo de Edipo, del que nos
"despedimos" según Freud al ir creciendo.
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