miércoles, 21 de diciembre de 2016

El autobús (Julia García Pita)

EL
AUTOBÚS

De Julia García Pita
1º ESO B


Esta historia está basada en el cuento que yo misma inventé en quinto de primaria. He añadido detalles para darle a este relato un toque agrio.



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Aquella mañana me levanté con nerviosismo, pero también con la alegría de tener una excursión en la que aprenderíamos cosas. Me puse mi camiseta rosa y mis pantalones combinados con misé y botas marrón caqui. Desayuné un vaso de leche, unas galletas y zumo natural. No pude decir adiós a mis padres, ya que los dos estaban trabajando, y eso me hizo sentir una angustia que no entendí. Me dije a mí misma: ”Cuando vuelva, les abrazaré y les contaré lo bien que me lo he pasado” —y con ese sentimiento salí de casa. Al llegar al instituto, me encontré con que aún no había llegado nadie, solo mi profesora, que me soltó: ”Tú siempre así, llegando la primera; así me gusta, Halsey”, y sonriendo me guio a nuestra fila.

Después de un cuarto de hora llegaron los demás alumnos de mi grupo y la tutora empezó a repartir a todos por parejas. Me tocó con una chica llamada Lena, que exclamó: ”Yo no quiero ir con la rara”. Aunque ya estaba acostumbrada, supe que no iba a tener un viaje muy agradable. En cuanto nos sentamos, yo me puse el cinturón (los demás no se lo abrocharon, ni siquiera la profesora) y el bus arrancó. Yo le dije a mi pareja: ”Debes ponerte el cinturón, ¿sabes que el 40% de la gente que muere en accidente de tráfico es porque no lo lleva puesto?”. Lena me miró, cogió el cinturón y empezó a gritar: ”Uhhhhh, soy un cinturón  volante y te voy a matar. ¿Me dejas de una maldita vez?”. Oí muchas risas y mientras Lena se ponía los cascos yo susurré para mis adentros: ”Ojalá te mueras, bruja”. Justo cuando dije eso, escuché un golpe muy fuerte y una explosión.

No veo nada, estoy confusa y me duele todo. Creo que soy la única superviviente. Tengo miedo, voy a gritar. Si me oyen, estoy salvada. ”¡Ayuda, ayuda por favor, estoy aquí!”. Veo luz, voy a volver a chillar. ”¡Estoy viva, ayudaaaaa!”. Voy arrastrándome, y aunque me duele, salgo, ahora sí que me tienen que ver. ”Me duele todo, ayudadme por favor”. ¿Por qué me ignoran? Sale un médico, lleva en los brazos a una chica joven y pelirroja, no sabía que había una chica pelirroja en mi clase además de mí.

Mi pueblo está a unos diez minutos de aquí; si me pongo en marcha ahora que son las nueve en punto, llegaré a las nueve y diez. Llevo ocho minutos caminando. Mi casa es esa de ahí. Voy a intentar correr. Tengo mis llaves, abro la puerta. Ahí están mis padres, no sé si me han visto, pero cuando me vean se van a llevar un buen susto. No parece que me vean ni que me escuchen. En cambio, sí oyen el teléfono sonando. Mi madre va hacia él y lo coge: ”Sí, dígame”. Un hombre pregunta:”¿Son ustedes los padres de Halsey Brown?”: mi mamá afirma: "Sí, espere un momento, voy a poner el teléfono en modo altavoz”. Ella le da a una tecla y pide a mi padre que también se acerque y él suspira:”¿Qué ha hecho mi niña?”. El hombre contesta: ”Deben saber una cosa… El autobús en el que iban su hija y sus compañeros de clase ha volcado y… hemos encontrado el cadáver de su hija”. Mis padres cuelgan el teléfono y se hace el silencio. Yo corro hacia ellos y les chillo intensamente: ”¡No estoy muerta, miradme por favor, por favor!” —y cuando toco su hombro, todo empieza a girar a mi alrededor hasta que se hace la oscuridad.

[Interrumpimos el programa para dar información de última hora. Se ha producido un accidente en el que está implicado un autobús de escolares en la Nacional Tres. Todos se han salvado excepto una alumna del instituto que… llevaba el cinturón puesto.]

5 comentarios:

  1. Este relato es como el prólogo de una leyenda urbana (concretamente, de alguna variante de La autoestopista fantasma), con esa muchacha que ha muerto pero no lo sabe y se obstina en seguir interactuando con los mortales. Su sino es singular tras la muerte, pero el relato desvela que ya lo era en vida (ella es 'la rara' de la clase; quizá también 'la primera' de la misma, al menos en diligencia y precaución —aunque el relato muestra, con humor negro pero limpio, que la vida no siempre recompensa estas virtudes, y hasta puede cobrárselas muy caras). No es, en fin, un relato 'bonito', aunque sí esté hermosamente ejecutado: si fuera una vianda, tendría ese sabor 'agrio' al que se refiere la autora, y que a veces le da el punto a según qué platos.

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  2. Esta historia la escribí hace un tiempo, creo que en quinto y todo se lo debo a mis padres y profesores que son los que me iniciaron en el mundo de la lectura que, por supuesto, también dio paso al mundo de la escritura.
    Gracias por publicarla.
    Seguiré en el mundo de la escritura.
    Julia García Pita

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  3. Felicidades Julia, me ha gustado mucho, en pocas líneas nos cuentas una historia que merece la pena leer. Para cuando el próximo? Un beso. Nuria Verdiguier

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  4. Hélène Dubrion23 diciembre, 2016

    ¡¡Enhorabuena, Julia!!
    Tú sigue, que tienes mucho talento.
    Te digo lo mismo que Nuria...¿Para cuándo el próximo? ����
    Un abrazo

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  5. Si entuviése enfrente tuya te daría un aplauso Julia. Aplauso*

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