Con esta entrada, la primera de este curso, inauguramos un nuevo ciclo en el blog. Con el nombre de La caja de Pandora (en homenaje a la heroína de los libros de Senda, con los que muchos aprendimos literatura), iremos escuchando cada semana poemas a los que alguien prestará su voz.
Iniciamos la serie con un poema de Antonio Hernández Marín, Aker, un gran poeta que murió, sin embargo, inédito (como en su día Garcilaso de la Vega), y que fue además de poeta egiptólogo y otras muchas cosas. Una de estas facetas, la de amante de la astronomía, se aprecia en esta décima, que pertenece a un libro que tal vez vea la luz más temprano que pronto, el Pequeño Libro de Planetas y Banquetes.
Lo lee Daniel Martín, que fue amigo entrañable de Aker y lo es también de quien escribe estas líneas. Y quedará desde ahora colgado en la corchera que hay frente a la Biblioteca, para inaugurar esta Caja de Pandora dedicada a la poesía viva.
El texto del poema dice así:
Me visitan los marcianos
como bandejas que flotan,
como tartas que rebotan
entre dos planetas planos.
Reverdecen los veranos
sus menudas intenciones,
antenas y posiciones
de hormiga maleducada.
Me los como en ensalada.
Me devoran las visiones.
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