jueves, 18 de febrero de 2021

Concurso Días Extraños: 2020 (Vicky Cepeda)

 

Seguimos descubriendo los trabajos ganadores del concurso Días Extraños. En la categoría B (Bachillerato y Ciclos Formativos), el segundo premio ha sido para Vicky Cepeda, por esta sentida reflexión sobre nuestro annus terribilis.

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2020

¿Quién nos diría al empezar el año que iba a estar repleto de tantos cambios a nivel social y personal? ¿Quién nos diría que el año iba a pasar volando, pero que si lo miras mes a mes sería eterno? ¿Quiénes se habrían apuntado a vivir este año sabiendo lo que se les venía encima? ¿Quién habría deseado saltárselo y vivir directamente en el siguiente? ¿Cómo habría sido este año si la pandemia no hubiera atrapado al mundo?

A lo mejor había quienes tenían grandes planes para este 2020, a lo mejor los conciertos, las fiestas y demás habrían sido impresionantes, a lo mejor yo misma habría disfrutado de otra manera de mis 16, la edad que, según dicen, es la que te cambia, es un paso a tu madurez, o una despedida a tu niñez e incluso un stop entre tu mente y tu cuerpo, un descanso de responsabilidades, la edad de hacerlo todo sin importar las consecuencias, sin pensar si está bien o mal, saltarse las normas, volverte un Tarzán y rebelarte contra tus padres. A lo mejor Peter Pan no estaría de acuerdo con todo esto, él quería seguir siendo un niño y vivir como tal, sin preocupaciones y con sus padres regañándolo si decía alguna grosería. Pero a todo el mundo le llega el momento, ¿no? Dejar de correr alrededor de tu casa y abrirte al mundo, conocer nuevos lugares, nuevas formas de pensar, nuevos sentimientos... Dejar de correr para empezar a volar, tensar esa cuerda al máximo hasta que se parta y puedas llegar aún más lejos, perseguir tus sueños, caerte más veces aún que antes, y levantarte, levantarte ante la vida y ver que es mucho más dura de lo que te pintan, y asumirlo, y tener tu futuro delante y cuestionarlo, y decidir, sobre todo decidir por ti mismo.

Pero ¡por Dios! ¿Quién va a decirme a mí que no he disfrutado este año? Han sido situaciones muy diferentes a otros años y eso salta a la vista, pero de todas maneras, he reído, he llorado, he bailado, he cantado, he sentido sensaciones increíbles, he aprendido un millón de cosas, he conocido gente nueva, he viajado, he soñado con cosas imposibles, he hecho planes, me he agobiado, he querido desaparecer, he querido vivir al máximo, y he hecho el mejor grupo de amigos de la historia.

Cuarentena, iban a ser solo 15 días decían, iba a ser rápido, en nada volveríamos a poder salir sin tener miedo, sin que nada hubiera pasado, como si existiera un botón de replay para cambiar la situación, como si se pudiera evitar todo antes de que empeorara, como si pudiéramos recuperar a nuestros fallecidos... Sinceramente, este año ha sido una montaña rusa tanto de emociones como de desastres: se han quemado bosques, se han inundado ciudades, se han provocado explosiones, se han concentrado revueltas, se han producido abusos policiales, se ha ido mucha gente... Es como un año de transición, y tiene gracia que sea justo 2020, la Tierra se está muriendo poco a poco y la pandemia ha sido un aviso, en muy poco tiempo en confinamiento, las nubes de contaminación habían desaparecido y las calles se veían mucho más limpias.

Y no solo se veían más limpias las calles, sino también las personas. En tres meses, la humanidad se ha demostrado mucho más unida que en los veinte siglos pasados, Fue una época que merece la pena recordar, porque incluso ya se está perdiendo esa unión. Cuando todo el mundo se puso de acuerdo para salir a las 20:00 a sus terrazas o ventanas a aplaudir en forma de agradecimiento a los médicos que se jugaban y se siguen jugando la vida, cuando después de eso montaban fiestas desde las terrazas con todo el barrio, cuando los misteriosos talentos salían y cantaban y apoyaban a todo el mundo que lo estaba pasando mal, cuando se inventaban juegos para pasar el rato, cuando te daba igual que te vieran en pijama porque eso era el uniforme diario, cuando la gente apenas juzgaba tus comportamientos, cuando el mundo se veía limpio.

Por una fracción de tiempo, todo se sentía en una nube, como si estuviéramos en el cielo y nada más importara que amar al prójimo, como si el mundo hubiera querido ponerse en pausa para que nos fijáramos de lo que teníamos alrededor, para que dejásemos de ser tan máquinas para convertirnos más en personas.

Para vivir más que dejar pasar la vida.

Para ver que no todo está perdido aun habiéndolo perdido todo.

Y si me preguntan si creo que esto es una maldición, estoy segura de que no, la vida nos ha abierto la puerta a más opciones, a no tener que hacerlo todo igual siempre y a la misma hora, a ver que si la puerta está cerrada y no tienes llaves, puedes entrar por la ventana, y sobre todo, a pensar que aunque haya millones de personas en el mundo y creas que cada una va a lo suyo, siempre puedes parar a alguien y preguntarle la hora, o hacerle un cumplido a aquel desconocido solo porque lo que hace te parece increíble, porque si algo nos ha enseñado este 2020 es que todo el mundo tiene algo que demostrar.

Ojalá te toque vivir en tiempos interesantes a ti también, este año quedará escrito en los libros de historia y estaré orgullosa de decir que ese año maldito se interpuso en mis 16, porque sin él no habría conocido esta faceta tan cálida de la humanidad.

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