miércoles, 26 de febrero de 2014

Un poema de Heinrich Heine


Hoy hemos disfrutado mucho en clase de Literatura Universal dejando hablar a Heinrich Heine, un artista único, del que dijo Goethe en una ocasión que el día que dejara de ser un golfo llegaría ser el mayor poeta de Alemania. Por suerte para todos, fue ambas cosas: un vividor apasionado y un poeta que jamás escribió para trascender, sino para producir un efecto inmediato en aquellos que amaba o combatía. Enamorado en su juventud de dos de sus primas (ninguna de las cuales le correspondió), puede que a alguna de ellas le dedicara este poema, que de los muchos y buenos que hemos leído hoy ha sido el que más nos ha emocionado. Va por Heinrich.

Aunque nos queríamos mucho,
no nos llevábamos tan mal.
Sin peleas ni escenitas,
jugábamos a 'los papás'.
Con nuestro propio tonteo
en amor matrimonial
jugamos al escondite,
infantiles, sin reparar
que terminamos por perdernos
para no reencontrarnos jamás.

(tr. Berit Balzer, en la Antología poética de Heine
publicada por Ediciones de la Torre en 1995,
pág. 81)


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