martes, 2 de diciembre de 2025

Concurso gótico. Relato 6. El fantasma del pasillo dos


Esta historia comenzó cuando Bruna, una niña callada de primero de la ESO, fue asesinada brutalmente en el pasillo número dos de su instituto. Pero empezando por el principio; aquel veintinueve de febrero, Bruna y su amigo Sebastián entraron en clase como siempre. Todo parecía normal hasta que el sustituto del profesor de matemáticas recibió una llamada muy importante y salió fuera de clase; al volver estaba muy serio e incluso algo preocupado. La clase no le dio importancia, ya que el profesor no mandó deberes para el fin de semana.

Cuando iba a tocar el timbre, ella estaba terminando el examen de Francés, y este fue el motivo por el que salió al recreo más tarde de lo habitual. Se dio cuenta de que se había dejado arriba en la clase el abrigo y pidió a un profesor la llave. De camino a la clase, vio a sus profesores: a los dos de matemáticas y a la de Francés susurrando algo que parecía muy importante , ya que al pasar ella se quedaron los tres en silencio; otras veces se hubiera escondido para escuchar lo que decían, pero se dio prisa porque había quedado en verse con Sebastián para ir a la cafetería. Al salir de clase ya con el abrigo escuchó unos tiros, y se quedo petrificada por el miedo. Los tiros se fueron acercando poco a poco. Bruna, paralizada por el miedo, cerró los ojos esperando a que pasaran los tiros, pero en vez de eso recibió un golpe con el mango de una pistola, el cual la dejó completamente inconsciente y sin probabilidad de defenderse lo más mínimo.

Cuando despertó, se encontraba en una clase totalmente a oscuras. Al encenderse la luz, vio que estaba con por lo menos otros cuarenta niños, la mitad vivos y la otra mitad muertos. Bruna reunió las fuerzas y el valor necesarios para preguntar qué pasaba. Un niño le respondió que cada minuto moría un niño o niña y que por eso se escuchaban los gritos y las súplicas. Cuando le tocó, no gritó, no suplicó nada más; esperó el tiro, el tiro que recibió fue uno limpio en la cabeza entre las dos cejas.

Y desde entonces el veintinueve de febrero el fantasma de Bruna se pasea por el pasillo numero dos y la clase donde la mataron en busca de su amigo, y cualquiera que se cruce con ella, la oiga gritar o la vea de refilón acabará muerto antes de terminar el día. Se cree que la única manera de enviarla a que descanse en paz es reunirla con su amigo, pero el problema es que él murió atragantado antes de que todo esto sucediera. Y en cuanto a los asesinos, nunca se supo quién fue o por qué se produjo, todo quedó en un misterio sin resolver y un fantasma en busca de venganza.

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