MIS 10 COSAS MÁS ODIADAS
-La falta de respeto: La personalidad y costumbres de una persona son lo que más tendemos a odiar todo el mundo, así pues la creencia de superioridad que demuestran algunas personas infravalorando a otras es una de las peores cosas que pueden existir.
-Las mentiras: Suele decirse que cuando te mienten lo
odias porque te sientes engañado, en mi caso, lo odio porque es renunciar a la
verdad, que es de lo que te compones, y por mucho que las adornes y conviertas
verdades como puños en mentiras bien contadas que engañan a los demás, nunca te
engañarás a ti mismo, y solo te centrarás en lo que piensen los demás,
ocultando quién eres, o cómo fueron los hechos de la disputa que tuviste antes
de ayer por el mero hecho de quedar bien.
-Las muñecas de porcelana: Siempre son protagonistas en
las películas de terror, además tienen una rigidez y expresión antinatural, por
lo que no transmiten buenas sensaciones.
-Los días demasiado calurosos: Nos quejamos durante todo
el invierno de las tormentas que hay y el frío que hace, pero cuando llega el
verano y en pleno agosto son las seis de la tarde y todavía estamos a 40ºC no
nos hace mucha gracia, pues no podemos disfrutar de la calle, pero tampoco
estamos del todo cómodos metidos en casa achicharrándonos debajo de un
ventilador a máxima potencia.
-El desprecio hacia los libros: Hay personas que afirman
quedarse dormidos con solo leer una página, pero yo pienso que en verdad no se
atreven a seguir leyendo, por si les gusta y terminan siendo motivo de burla de
unos pocos necios a los que les pasa lo mismo. Lo que ignora la gente que
desprecia los libros es que son una de las únicas formas que tenemos de
transportarnos a otra dimensión, escapar de la rutina e incluso viajar en el
tiempo; por lo menos, una de las maneras más cercanas y fáciles que tenemos.
-El color rosa chicle: La mayoría de las veces se impone
el color rosa como signo de tranquilidad, paz y perfección, pero hay un tono de
rosa que realmente puede llegar a ser muy hortera, transmitiendo todo lo
contrario a lo anteriormente dicho.
-Los chicles pegados debajo de las mesas: No hay nada
mas ordinario y asquerosamente repulsivo que los chicles que pega la gente
debajo de las mesas. Existiendo papeleras, la gente todavía no ha encontrado
otra distracción mejor durante las clases, la espera en una recepción y cosas
por el estilo, que sacarse el chicle de la boca, con babas y todo, y pegarlos
debajo de la silla o mesa más cercana a su posición, proporcionándole una
desagradable sorpresa a la persona que lo vea.
-Los perros pequeños: La gente suele comprar perros
pequeños porque son más cómodos para tener en una casa pequeña, pero solo para
los propietarios, porque las demás personas, ya sean vecinos, gente que se
encuentran por la calle étc, tienen que soportar los insoportables ladridos que
te hacen llegar a pensar que ese dicho perro se ha tragado un silbato y que
luego se te quedan grabados en la memoria durante días.
-Las personas manipuladoras: Hay personas tan envidiosas
que no tienen otra opción que manipular a la gente de su alrededor para llamar
la atención, y por si no fuera poco, culpan a otra persona del disgusto de las
personas a las que hace daño.
-La manía de algunas personas de cambiar de sitio tus cosas: No
hay nada más estresante y frustrante que el hecho de que alguien que misteriosamente
se declara inocente, cambie de lugar tus cosas. Simplemente porque son tus
pertenencias y viola tu intimidad, quién sabe si moviendo un libro va a
descubrir otra entrada oculta a la cámara secreta de Harry Potter, o lo que es
más probable, que necesites algo urgentemente y no lo encuentres.
Nadia Bravo Ponce 2ºESO-B
¡Ah, las muñecas (y más las de porcelana)! Como se lee en cierto libro:
ResponderEliminarPresa soy de las muñecas.
Siento en sus miradas huecas
la verdad de un gran misterio.
Hay vida en las hojas secas.
La broma siempre va en serio.