10 COSAS QUE ODIO A MUERTE
—La (MALA) prensa rosa: me "cabrea" bastante cómo estos "periodistas" salen hablando en la televisión soltando chismes de Ia gente, haciendo el payaso y encima organizando pseudodebates que te taladran los oídos al escuchar bailadora, bacalado o curriculúm vitá a
30000 decibelios en un intento de sonar más refinados. La cantidad de buenos periodistas que
habrá en paro...
—Los jeroglíficos: dícese de aquel mensaje habitual en servicios de mensajeria electrónica que
requiere de un análisis para su comprensión. Ej: xq m gta mxo s jgo. (Lo peor es que el mensaje
es real). ¿Tanto costará escribir normal?
—Los bombardeos de whattsapp: no es que me moleste la aplicación en sí, de hecho creo que es
muy útil, lo que odio es tener que volver a instalar el programa en el móvil porque he recibido
1001 mensajes en un par de dias en los que lo he tenido apagado. Luego los mensajes siempre
son tonterías.
—El "futbolcentrismo": la selección española de balonmano consigue la copa del mundo.
Titular en prensa deportiva: El equipo X quiere vender más gorros en sus tiendas; en una
esquina de la parte inferior, España gana en balonmano. No es que no me guste el futbol, pero es que a veces parece que no existen más cosas.
—La "móvildependencia": ver a gente que se pone a llorar como una descosida o que casi le da
un infarto al no encontrar su móvil lo resume todo.
—Asociaciones que sacan polémicas de donde no las hay: es fácil, el cambio climático es un
problema gordo, la caza furtiva en un videojuego con una calificación adecuada o una canción
con tacos no lo son.
—Los cuadros de hoy en día: antes se tenía que pintar de forma original y utilizar una buena
composición en un cuadro para que este tuviera éxito. Ahora un mono con tembleque puede
hacer una obra maestra.
—Los atascos viajando en coche.
—Sacar un 4.9: rabia. Solo eso.
—Los anuncios de colonia (la mayoría): chico/a en ropa interior posando de forma chexy (sí lo he
escrito bien) como queriendo decir "Mira cómo estoy" y al final se oye Eau de parfum. Y no
sabes si te querían vender una colonia o querían insultarte sin que se notara.
Juan Carlos Serrano
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