lunes, 12 de mayo de 2025

Concurso de leyendas: La casa de las ventanas abiertas

En una montaña donde el viento soplaba había una casa antigua con todas sus ventanas siempre abiertas, sin importar el tiempo que hacía. La gente no recordaba cuándo se construyó ni quién vivió allí por última vez, pero las personas decían que la casa estaba viva.
La leyenda contaba que en esta casa vivió una chica llamada Lucía. Era una chica amable y arreglaba la ropa a la gente. Decían que no solo podía arreglar ropa, también apoyaba a la gente, fuera cual fuera su problema.
Cada vez que alguien sufría una pérdida o se sentía solo, Lucía lo recibía con las ventanas abiertas como un símbolo de confianza, por grande que fuera el problema.
Con el tiempo, la gente dejó de ir. Y Lucía envejeció, esperando visitas que ya no llegaban. Una noche, se fue, dejando la casa exactamente como estaba: con las ventanas abiertas, como si su alma todavía siguiese así.
Desde entonces, cada vez que alguien pasaba por la montaña, juraba oír pasos. Dicen que si entras en la casa, la casa te trata como si Lucía estuviese ahí, y al salir, algo dentro de ti se siente un poco mejor.
Y así, la casa sigue allí; no como una simple casa antigua, sino como un corazón con ventanas por donde entra y sale la vida.

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