Era una noche tranquila en Navalmoral de la Mata, hace más de diez años. Todas las calles estaban vacías, la única luz se veía en la estación de policía, donde dos agentes estaban haciendo turno de noche.
Estos agentes, llamados Sergio e Iván, se encontraban en silencio, preguntándose por qué tenían que estar a altas horas de la noche allí, si nunca pasaba nada. O eso creían.
Justo en ese momento, se escuchó un golpe desde el piso de arriba. Confusos, decidieron ir a comprobar qué se había caído.
Cuando llegaron, solo se veían pisadas que no conducían a ningún lugar, objetos en el suelo, y una silla en un rincón, como si alguien se hubiera sentado allí. En ese momento, tanto Sergio como su compañero se asustaron, ya que los ruidos no cesaban, pero decidieron callarse e ir abajo, trataban de darle una explicación razonable.
Días más tarde, hablando del tema con sus compañeros se enteraron de que no era la primera vez que pasaba. Incluso les contaron que llegó a desaparecer un agente hace ya tiempo.
Debido a todos estos motivos, los policías temían hacer turnos nocturnos, incluso si los acompañaban. Cuentan que algunas noches se pueden oír ruidos, se pueden oír pisadas, objetos cayéndose y pisadas,
cada vez más aterradores.
Una noche, Iván decide ir a comprobarlo, él solo, aun sabiendo lo peligroso que puede ser. Minutos después, se escuchó un grito. Sus compañeros corrieron, preguntándose qué había hecho Iván.
Nada, no había nadie, Iván había desaparecido.
Noche tras noche, los policías iban desapareciendo uno por uno. ¿Qué estaba pasando?, se preguntaban.
Nunca hubo respuesta a su pregunta, solo más desaparecidos. Y ruidos, mucho más fuertes cada vez. Se dice que si hace una noche tan oscura como estas, aún se pueden escuchar ruidos y gritos de estos agentes asustados.
lunes, 12 de mayo de 2025
Concurso de leyendas: Turno de noche en jefatura
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario