Corrían los años setenta. En un pequeño pueblo llamado Navalmoral de la Mata ocurrió un suceso que nadie ha olvidado. Todo comenzó en la casa del doctor Álvaro Pérez del Monte.
Era una noche fría y oscura cuando un asesino interrumpió la paz de la casa del doctor a medianoche. Y lo que antes había sido un lugar calmado acabó siendo una masacre que terminó con la familia del doctor. Sin embargo, las pobres almas de aquella familia quedaron atrapadas para siempre en la casa. A partir de ahí, sucesos paranormales empezaron a tener lugar en esa vivienda: se escuchaban gritos desde el interior de la casa, golpes extraños, y a veces se podían ver caras asomadas a las ventanas del domicilio.
La historia comienza con la llegada de una familia a aquella casa. Eran una madre, un padre y dos hijos de seis y ocho años. Se acababan de mudar al pueblo y estaban muy contentos con la nueva vida que iban a comenzar en aquel acogedor lugar.
Nada más entrar por la puerta, una suave brisa les recorrió por la casa y un siniestro escalofrío les recorrió la columna vertebral, pero pensaron que ese escalofrío se debía a los nervios por ver su nueva casa.
Pronto se instalaron en la tercera planta de la casa. Las dos primeras noches las pasaron sin ningún problema. Sin embargo, a la tercera noche todo cambió. El reloj marcó las doce de la noche, y en ese justo momento, risas espeluznantes comenzaron a oírse por la casa. Comenzaron a sonar golpes y la sombra de un hombre con sombrero y maletín comenzó a pasearse por la casa. A la mañana siguiente, la primera familia abandonó la casa con rapidez.
La segunda familia estaba formada por una madre, un padre y dos hijos mellizos de doce años. Acababan de mudarse al pueblo, y como la otra familia, estaban ansiosos por vivir en ese lindo lugar. Se instalaron en la casa, y la historia comenzó a repetirse. Las dos primeras noches las pasaron sin ningún problema, pero a la tercera noche todo cambió. El reloj marcó las doce de la noche, y justo en ese momento en el pasillo aparecieron las sombras de dos niños decapitados, y un brazo comenzó a aparecer a través de la ventana del salón. A la mañana siguiente, la segunda familia abandonó la segunda planta de la casa con rapidez.
La tercera familia llegó al cabo de un año. Se acababan de mudar y tenían ganas de empezar su nueva
vida. Se instalaron en la casa y todo volvió a suceder. Las dos primeras noches las pasaron sin problemas, pero a la tercera noche, al marcar el reloj las doce de la noche, los gritos de una mujer llenaron toda la casa y todos los cajones comenzaron a abrirse. Al día siguiente, la familia abandonó la familia abandonó la primera planta.
Desde entonces, nadie ha intentado volver a entrar ni mudarse a aquella casa para no molestar a los
fantasmas de la familia.
lunes, 12 de mayo de 2025
Concurso de leyendas: La casa del doctor
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