lunes, 11 de febrero de 2013

Concurso de sueños: La casita del terror (Naiara Toscana)


La casita del terror

Para algunas personas, los sueños son "solo" pensamientos reproducidos en tu mente cuando duermes. Por una parte tienen razón, pero la palabra "solo" sobra. Porque un sueño es más que eso. Un sueño es tu mundo de pensamientos hechos como una película o, mejor dicho, protagonizados como una película. Los sueños pueden ser buenos o malos, cuando son malos adoptan el nombre de pesadilla. Es lo más horroroso que puedes tener en tu mente o que piensas al dormir, y un sueño que tuve lo puede demostrar.

Me dormí sobre las nueve y media. Esa noche soñé que me encontraba en un pasillo oscuro. En él había distintas puertas con nombres que yo era incapaz de descifrar. Empecé a abrir todas las puertas, hasta que me detenía en una. Era una puerta color lila con el signo "NO PASAR". Pero fui ignorante y entré, no hice caso y entré.

Creía que me iba a encontrar con un cuarto, pero no, me encontraba en mitad de un gran bosque. De repente, escuché a lo lejos unas voces muy peculiares, hasta que las vi. Eran cuatro chicas, amigas mías, que venían a hacerme compañía. No sé cómo se enteraron de que estaba ahí sola, pero eso son cosas de los sueños. Además, me sentía más cómoda con ellas a mi lado debido a que estaba más segura.

Empezamos a caminar y caminar hasta que nos topamos con una casita vieja y abandonada. Y ahí estaban unos ojos de color rojo observándome curiosamente. Avisé al grupo de lo que había visto, pero al observar la ventana de la casita, los ojos rojos habían desaparecido. El grupo me tomó por loca.

Los días transcurrían, yo viendo esos ojos rojos mientras las otras me gastaban bromas pesadas acerca del tema, hasta que un día se me ocurrió entrar por curiosidad. Me encontré algo que ojalá no recordase, pero esos sueños... esos sueños no se olvidan. Allí, como salidos de la nada, estaban todos los monstruos que me solían atacar por las noches. Ellos me decían que iba a morir, que este era mi final y que después matarían a mi familia. Yo, llorando de puro terror, entré en una habitación oscura y solitaria. Me acurruqué en un rincón mientras me decía a mí misma que esto era solo un sueño. Pero parecía tan real... que ni yo misma creía lo que decía.

De repente, vi una luz que iluminaba la habitación y delante de mis ojos vi un hada que me miraba con pesar diciendo que me iba a ayudar y que me sacaría de esta casita del bosque. Pero no fue así. Se trataba de otra de mis pesadillas. Salí como pude de la habitación cerrando la puerta en las narices del hada.

Mientras corría de un lado a otro me decía lo tonta que había sido entrando sola en la casita. Deseaba que mis amigas estuviesen aquí, para ayudarme, y de repente, como se hubiese obrado un milagro, mis amigas se encontraban allí, gritando mi nombre. Yo reaccionaba como un rayo e ina con ellas, pero... no las podía coger. Gritando de puro pánico, empezaba a agarrar el aire, teniendo la esperanza de coger alguna mano. Les pedía que me rescatasen, que me sacasen de aquí.

Cerré los ojos y cuando los abrí me encontraba en el bosque llorando mientras mis amigas me cuidaban, preocupadas por mí. Me levanté con ayuda de ellas y me quedé charlando sobre lo que había pasado. Y una cosa extraña era que la próxima vez que volví a la casita, no veía solo los ojos rojos, sino que también vi una frase en la puerta que decía: «Ya sabes lo que pasará si entras». Apenas vi esa frase, mi madre me estaban despertando, preguntándome si estaba bien, debido a que sudaba. Nadie de mi familia me preguntó sobre mi sueño o, mejor dicho, pesadilla.

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