viernes, 8 de febrero de 2013

Concurso de sueños: Mi sueño (Alejandro Barrios)


MI SUEÑO 

Cuando me fui a dormir 
en mi cama naranja y verde 
haría que esa noche 
siempre la recuerde. 

Tardé poco en dormirme 
pues estaba mareado 
porque había sido 
un día muy cansado. 

Lo primero que vi 
fue un inmenso mar 
en el que había: un delfín,
una medusa y un pequeño calamar. 

Tras una hora 
metido en el agua 
divisé a lo lejos 
una hermosa fragua. 

Salí del agua 
y me dirigí a ella, 
pero me cortó el paso 
una joven muy bella. 

Ella me dijo: 
—Sigue a esa bandada,
no vayas a la fragua,
pues está encantada. 

La joven me dio una botella 
para que la bebiera 
y seguí a la bandada,
que de pájaros era. 

Tras unos quince minutos 
llegamos a una pradera 
y como estaba cansado, 
los pájaros me hicieron que bebiera. 

Levanté la cabeza 
y vi unos palos 
pero de repente se convirtieron 
en chucherías y regalos. 

Me lancé a los regalos 
y allí estaba mi obsequio más querido 
que, cómo no, era un coche 
teledirigido. 

Luego fui a comer gominolas. 
Pero de pronto se convirtieron 
en hermosas amapolas. 

De repente, me desperté 
con una gran desilusión 
porque se había acabado el sueño 
y me había gustado un montón.

3 comentarios:

  1. La imaginación de un Paraíso comestible nos envía siempre a la niñez y está siempre amenazada por el fantasma complementario de la indigestión o el ataque de acetona. Es el País de Cucaña o de Jauja, donde se ata a los perros con longaniza, y la fascinante Fábrica de Willy Wonka; pero también la peligrosa Casita de Chocolate (o de pan de especias) de Hänsel y Gretel. No es raro que el que come la comida de los Otros (las brujas, las hadas, los muertos) acabe, después de cebado, devorado por ellos. It's all too much, cantaba George Harrison: All the world is birthday cake,
    So take a piece but not too much. Con la rima, sobre todo la consonante, viene a pasar lo mismo: hay que tomarla, y administrarla, con tanto placer como mesura.

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  2. Hay muchos aspectos curiosos en este texto, que revelan lecturas nutritivas y bien asimiladas. Se trate del relato de un sueño propiamente dicho o de una fantasía de tono onírico, aparecen viejos amigos, elementos propios de las historias de tradición oral: además del ya comentado de la Tierra de los Dulces, llaman la atención los auxiliares del héroe, ambos ligados al agua (la joven muy bella, que recuerda a Blancaflor o al Ánima de la psicología junguiana; los pájaros, que guían también a Hänsel y Gretel. En Blancaflor, la joven es a la vez pájaro.) Hay también algo ya literario, de la Alicia de Lewis Carroll, en esos bebedizos casi psicodélicos que aparecen ligados a la transformación de las cosas, favorecida por la rima (palos en regalos, gominolas en amapolas), como lo es en ocasiones por otros recursos, como la paronimia (las amarguras se vuelven amapolas, canta Estopa).

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  3. También (y creo que con esto termino) hay algo en el texto, sobre todo en sus rimas un poco estruendosas, de la inmortal Gloria Fuertes, que constituye muchas veces el primer acercamiento de la poesía a los niños. Yo soy fan de la autora, tanto de sus poemas para niños como de los otros (y no siempre la distancia está clara): no acierta siempre, pero cuando lo hace tiene una gracia naif (auténtica, pero muy bien ensayada) admirable.

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