domingo, 10 de febrero de 2013

Concurso de sueños: Pesadilla de una responsabilidad (Alba Fernández)


Pesadilla de una responsabilidad

Ayer por la tarde se fueron mis padres a comprar, y me quedé sola en casa con mis dos hermanos pequeños. Antes de irse me hicieron una y mil advertencias para que no les pasara nada a los peques: no abrir la puerta a nadie, no encender el brasero... Yo tuve en cuenta las advertencias de mis padres y cuando regresaron, mis hermanos y yo estábamos sanos y salvos, por lo que mis padres se quedaron muy aliviados. Estaba muy cansada (¡toda la tarde con esos enredas!) y decidí irme pronto a acostar, para quedarme tranquila de una vez. Al menos esa fue mi idea, pero...

Esa noche soñé que mi hermano Carlos se había perdido. Alguien había llamado a la puerta y él salió corriendo. Yo corrí tras él, pero cuando llegué ya no estaba. Inmediatamente cogí el teléfono para avisar a mis padres, pero el teléfono no funcionaba. Desesperada, cogí de la mano a mi hermana Natalia y salimos a buscarlo por todos los alrededores. Cansadas de buscarle, volvimos a casa para ver si había regresado. En ese momento, apareció un coche de la policía y con gran ímpetu quería contarle que no encontraba a mi hermano, pero por más que me esforzaba no me salía la voz.

Tal era el agobio que sentía que de pronto me desperté. Eran las dos de la mañana. ¡Qué alivio sentí al descubrir que todo había sido un sueño! No obstante, me levanté sigilosamente y fui al dormitorio de mi hermano, que dormía plácidamente. Yo volví a mi cama y tardé en volver a conciliar el sueño.

En ese tiempo en el que me recuperaba del sobresalto e intentaba volver a dormir, pensé que esos sueños tienen mucho que ver con nuestras experiencias y temores, y que cuando algo nos preocupa, no podemos olvidarlo ni en sueños.

1 comentario:

  1. Este es un buen ejemplo de sueño que solo con calzador se puede integrar en el modelo freudiano del ensueño como cumplimiento de un deseo: aquí ni lo intentaremos. Parece más bien que, como apunta la propia narradora, la mente tiende a afrontar en sueños posibilidades que no han llegado a darse en la vigilia, pero que hemos considerado más o menos seriamente. Soñamos con lo que deseamos; pero también con lo que nos preocupa.

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