lunes, 4 de febrero de 2013

Concurso: A ti te encontré en la calle


All you need is love. Que bien podría traducirse como El amor mueve el mundo. Con esas palabras comienza uno de los poemas de Perfil del aire,el primer (y ya controvertido) libro de Luis Cernuda. Febrero es para nosotros un mes amoroso, erótico, por varias razones. Desde luego por la celebración, el día 14, de San Valentín, el Día de los Enamorados (y de los comerciantes, cabría añadir); pero también por los Carnavales, especialmente vivos en Navalmoral de la Mata, de los que dice la copla popular:

Ya vienen los Carnavales,
la fiesta de las mujeres;
la que no le salga novio,
que pruebe el año que viene.

Nuestra Biblioteca se suma al espíritu de este mes febril con un concurso de declaraciones de amor, A ti te encontré en la calle, que es y no es el clásico concurso de cartas de amor que suele plantearse por estas fechas. Nos hemos inspirado para él en un par de coplas populares:

Todos los enamorados
se enamoran en el baile;
yo me enamoré de ti
yendo a por agua una tarde.

y

Dicen que andando, andando
se encuentran cosas;
yo me encontré contigo,
cara de rosa.

En la raíz de toda historia de amor está, en efecto, el encuentro: boy meets girl (con las variaciones de sexo que todos podemos imaginar). La vida es el arte del encuentro, nos dijo el maestro Vinicius de Moraes en su Samba da Bençao y en ese encuentro con lo inesperado consistió también el único sentido digno de la vida para André Breton y sus compinches, los surrealistas, cuyas actividades nunca fueron en primer lugar 'literarias', sino vivenciales. Se trataba de salir a buscar lo desconocido, fuera a través de la escritura automática, de la mediumnidad o del echarse a vagar por las calles en busca de quién sabe qué. Como cantaba el joven Joaquín Sabina:

Por la ciudad camino,
no preguntéis adónde.
Busco acaso un encuentro
que me ilumine el día
y no hallo más que puertas
que niegan lo que esconden.

Uno nunca sabe, sino a posteriori (y aun así caben dudas), con qué o quién le había citado esa mezcla de azar y destino que los surrealistas llamaron (tomándole prestado el nombre a Engels) el azar objetivo.  En la duda, lo mejor es eliminar estorbos, límites. Por eso nuestro concurso tiene las siguientes bases:

1. Cada concursante podrá presentar una declaración de amor. Esta podrá estar dirigida a cualquier persona, animal, idea o cosa que el concursante elija, incluidos el arcángel Gabriel, las canciones de Pablo Alborán y el chocolate con pasas.

2. Esta declaración podrá expresarse en verso o en prosa, según sienta el concursante que le pide el cuerpo.

3. La declaración podrá tener la extensión que uno sienta necesaria, aunque por algo los enamorados tienen fama de hablar poco y decir mucho.

4. Las declaraciones se entregarán en conserjería, firmadas con un nick o pseudónimo, hasta el día 15 de febrero, inclusive. Podrá constar el nombre real del autor, pero no es necesario ni se recomienda.

5.  A falta de un jurado de enamorados famosos, se harán cargo de esta tarea un grupo de profesores voluntarios, que harán conocida su resolución el día 18 de febrero en la Biblioteca. Los autores de los textos premiados podrán revelar entonces su identidad.

6. Se concederán tres premios, con cuantía por determinar, tan generosa como Angela Merkel nos lo permita.

7. Los textos ganadores, y en su caso los finalistas que así elija el jurado, se reproducirán en este blog.

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