lunes, 9 de diciembre de 2013

Clásicos en salsa pop: Rubén Dario


No siendo quien les escribe fan de Enrique Bunbury (divertida ocupación que dejo para otros), hace años compré un número especial (el 20) de la revista Zona de Obras que incluía un CD de homenaje a Rubén Darío, y comprobé con sorpresa que era infumable casi en su totalidad (¡con la ilusión que le hacía a Darío que se musicaran sus versos!), y que la excepción era, precisamente, la versión que hacía Bunbury de un poema para mí desconocido del maestro, Que el amor no admite cuerdas reflexiones (a la manera de Santa Fe).

El Santa Fe (o Santafé) en cuestión es Pedro Santafé, autor de algunos poemas del Cancionero de Palacio, libro que Darío leyó con evidente placer y que homenajeó en la sección Dezires, layes y canciones de su libro Prosas profanas (1896). Darío retoma el molde métrico de estas canciones y se mueve con libertad por él, más de su tiempo que nunca en esta suerte de danzas arcaicas.

Bunbury, con inteligencia, hace lo propio: actualiza el poema de Darío entonándolo sobre un fondo guitarrero  setentil, llevándoselo a su terreno. Y el poema funciona (aunque haga falta mirar la letra para descifrar la cita en latín del Cantar de los cantares (4:11): Mel et lac sub lingua tua, «miel y leche sobre tu lengua»). En clase de literatura de 4ºB hemos escuchado la canción y muchos de los alumnos se han animado a aprender el poema y recitarlo. Así que, como profesor, le doy las gracias a Bunbury por haber rescatado el poema y habernos llevado hasta él.



Señora, Amor es violento,
y cuando nos transfigura
nos enciende el pensamiento
la locura.

No pidas paz a mis brazos
que a los tuyos tienen presos:
son de guerra mis abrazos
y son de incendio mis besos;
y sería vano intento
el tornar mi mente obscura
si me enciende el pensamiento
la locura.

Clara está la mente mía
de llamas de amor, señora,
como la tienda del día
o el palacio de la aurora.
Y al perfume de tu ungüento
te persigue mi ventura,
y me enciende el pensamiento
la locura.

Mi gozo tu paladar
rico panal conceptúa,
como en el santo Cantar:
Mel et lac sub lingua tua.
La delicia de tu aliento
en tan fino vaso apura,
y me enciende el pensamiento
la locura.

1 comentario:

  1. hola gracias por este bello aporte, yo como nicaraguense me siento orgulloso por esta hermoso gesto por parte de don enrique, lamentablemente no lo pude ver cuando vino a qui(Nicaragua) especificamente al museo archivo Rubén Darío en leon, gracias don enrique felicidades esta hermoso su homenaje saludes

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