Cuando salí del colegio, fui a casa a comer, me eché la siesta y tuve un gran sueño relacionado con el fútbol. Soñé que iba a jugar con el Atlético de Madrid y que me habían visto jugar en el barrio para ficharme como Oliver Torres, lo que revolucionó a toda Navalmoral de la Mata. Eso es lo que fue, me ficharon para jugar el primer partido con ellos, yo jugué en el centro como Oliver Torres, di una asistencia de gol a Diego Costa y me hizo un gesto de calidad.
En la final de la Copa del Rey mi presencia fue decisiva. Como era el primer partido, me pusé muy
contento y todos mis compañeros me dieron las gracias, pero Gabi me dio el brazalete en los últimos diez minutos porque estaba lesionado y el míster le cambió por Raúl García. Y cuando se acabó eI partido, me fui al palco con mi equipo y me dijeron que podría levantar la Copa del Rey. La levanté y... me desperté del sueño, nada era real y llegué tarde al partido que tenía planeado con mis amigos del barrio.
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