Hace muchos años,en Whitby (Inglaterra), un millonario construyó una mansión lujosa y enorme, que con el tiempo fue heredada por toda su familia. Hasta hace diez años, cuando los últimos inquilinos se hallaron sin vida. Desde entonces, nadie volvió a entrar, y la policía abandonó la investigación al no encontrar ninguna prueba relacionada con el caso, según ellos era algo inexplicable.
Los vecinos del pueblo dicen que todo ocurrió en una noche de tormenta, como si alguien buscara venganza por algo que pudo suceder en un pasado lejano.Desde entonces, nadie se había atrevido a acercarse y mucho menos a entrar… salvo Silvia.
Silvia era muy curiosa,y dicen que la curiosidad suele ser la llave que abre la puerta del miedo.Una tarde de noviembre, mientras la niebla abundaba en las calles, decidió pasar el viejo puente de madera en busca de respuestas.
La puerta de la casa estaba entreabierta,como si algo alguien la estuviera esperando allí dentro. Dentro,el aire olía a humedad,misterio,miedo y a tiempo detenido.Las paredes parecían respirar, o eso le pareció.En el suelo,descubrió una llave de oro cubierta de polvo. La levantó.En ese instante, un murmullo le rozó el oído: No abras lo que no puedes cerrar. El sonido no provenía de ningún lugar visible.
Silvia tragó saliva y avanzó. Los cuadros en las paredes estaban torcidos, destrozados y manchados de sangre. Todos los retratos mostraban personas cuyos ojos parecían mirar hacia un punto fijo. En el centro del salón, un reloj de péndulo recordaba a los de las películas americanas, marcando eternamente las doce sin avanzar un solo segundo.Sin embargo, cada segundo sonaba un tic-tac interminable, llenándola de un nerviosismo increíble.
Subió las escaleras. Cada peldaño crujía de manera extraña, como si la casa escondiera algo bajo el suelo, aferrándose al pasado. Al final del pasillo, se encontró con una puerta cuya cerradura era idéntica al dibujo grabado en la llave. Sin dudar,se acercó con ansia.Introdujo la llave y giró… y el silencio cambió de forma. El aire se detuvo, las paredes se curvaron y los retratos comenzaron a moverse repetidamente.
Dentro de la habitación había un espejo cubierto por una sábana .Lo destapó lentamente, y lo que vio la dejó aterrorizada y helada. Su reflejo sonreía… pero ella no.
El reflejo extendió una mano desde el otro lado del cristal.Silvia,temblando,hizo lo mismo.Cuando sus dedos se rozaron, todo volvió a la normalidad, como si el tiempo regresara a su curso.
A la mañana siguiente,los pescadores vieron cómo la mansión se desmoronaba y caía al mar.En la orilla,entre las algas,solo quedó la llave de oro. Poco después,fue trasladada al museo del pueblo, donde ahora se exhibe como un objeto de gran valor histórico.
Desde entonces,cuando el viento sopla desde el acantilado,los habitantes del pueblo y en una voz que murmura entre las olas No abras lo que no puedes cerrar.
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