viernes, 21 de noviembre de 2025

Concurso gótico. Relato 25. Los dos locos hermanos

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Hubo una vez, en el siglo XVI, dos hermanos gemelos que vivían con sus tíos porque sus padres los abandonaron a los tres años. En ese momento, ellos solo tenían seis años y seguían recordando el momento en el que se quedaron solos. 

Vivir con sus tíos no les agradaba nada. Su tío estaba loco y siempre amenazaba a su mujer y a los dos gemelos con una navaja suiza que siempre llevaba encima. Su tío siempre los pegaba cuando dormían poco tiempo y cuando no comían la comida que les preparaba. 

Estos dos niños parecían los buenos de la historia, pero tenían unos pensamientos y una mente diabólicos. Ellos se llevaban muy bien, pero cuando se peleaban, cada uno acababa con lesiones bastante graves. En su pueblo no tenían amigos, y todo el mundo se alejaba de ellos cuando los veían. Todo esto porque sus pensamientos y acciones eran muy traumatizantes y malévolos. 

Seguían pasando los años y ya con once o doce años les empezaron a salir muchas imperfecciones en la cara y la sonrisa se les hacía cada vez más larga y rara. Les empezaron a salir granos muy grandes y los dientes estaban muy amarillentos. Nadie entendió qué había pasado y por qué les había cambiado la cara completamente. Pero a ellos les encantaba este cambio porque se sentían más malévolos. 

En casa no había cambiado nada, y durante una fuerte discusión, su tío no se lo pensó dos veces y apuñaló con la navaja en el brazo a uno de los hermanos y mató a su mujer. Los dos hermanos se quedaron de piedra con la escena y su tío, enfadado, les dijo a los gemelos que se fueran a dormir, porque a lo mejor pasaban su última noche. Los dos hermanos sonrieron diabólicamente, algo que sorprendió a su tío, que no le dio importancia. Los gemelos no se lo pensaron dos veces y por la noche ahorcaron a su tío y se lo comieron parte por parte. 

Los hermanos seguían pareciendo monstruos, y al día siguiente se adentraron en el pueblo en busca de alguien que los pudiera acoger. Nadie quería, excepto una señora con un hijo de cinco años. Los gemelos, sorprendidos, se lo agradecieron. Vivieron dos o tres días tranquilamente, pero una noche se volvieron locos y raptaron al niño y se lo llevaron al bosque. 

Al día siguiente la madre realizó una búsqueda muy amplia con todos los del pueblo, que la ayudaron. Mientras tanto, los dos hermanos hacían lo que querían con el niño, hasta le usaban como un muñeco. Pronto, el pueblo encontró el refugio en el bosque, y los hermanos decían que devolverían al niño a cambio de riquezas y tierras, algo que el pueblo rechazó. 

Los niños dijeron que volvieran a la mañana siguiente para ver qué solución tenían. El pueblo volvió al día siguiente y se encontraron el cuerpo del niño partido por la mitad, con muchas mordeduras, pero no estaban los gemelos. No se volvió a saber nada de ellos.

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